Día del Director de la Orquesta Internacional: El arte de guiar con pasión
– Ojo critico
julio 13, 2025
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El 13 de julio, la música clásica se detiene por un momento para rendir homenaje a quienes lo guían desde el podio. Se celebra el Día Internacional del
El 13 de julio, la música clásica se detiene por un momento para rendir homenaje a quienes lo guían desde el podio. Se celebra el Día Internacional del Director de la Orquesta, un Efemeris que reconoce el trabajo para aquellos que, con sensibilidad y tecnología, hacen de docenas de músicos una sola voz. La fecha fue fundada en 2013 por estudiantes de la escuela «Maestro Navarro Lara» en Huelva, España, en memoria del maestro alemán Carlos Kleiber, quien murió un día como hoy en 2004.
Kleiber se considera una de las principales referencias en la dirección moderna. Su estilo, expresivo y exigente, marcó un antes y después en la forma de interpretar las obras sinfónicas. Hoy, su legado continúa inspirando nuevas generaciones que ven en el bastón no solo una herramienta técnica, sino una extensión del alma musical.
La responsabilidad detrás del bastón
Ser director de orquesta significa mucho más que destacar el ritmo. Es un trabajo que requiere educación profesional, liderazgo, intuición y una profunda conexión emocional con el trabajo. El director ensaya con los músicos, define el repertorio, marca discos y dinámicas y transmite su visión estética en cada interpretación.
Como el campeón Silvio Viegas, jefe de la Orquesta Sinfónica de Santa Fe, explica: «El director escucha profundamente el otro y crea algo que solo existe cuando todos respiran juntos». Su papel no solo coordina, también inspira y transforma.
Un papel que inspira y excede
Los directores de orquesta no solo forman conciertos: también forman músicos, infectando la pasión y la cultura del proyecto. Gracias a su trabajo, los niños y los jóvenes descubren caminos artísticos que pueden cambiar sus vidas. En cada ensayo hay en cada gesto una llamada que excede la etapa.
Este domingo 13 de julio, el Día Internacional de la Orquesta nos recuerda que detrás de cada sinfonía hay una figura que controla con inteligencia, escucha el corazón y transforma notas en emociones. Porque el director no impresiona: es inspirador.