En 2019, al ver a muchos niños y jóvenes pasar sus días sin dirección, Nadia Villarreal decidió actuar. Así nació Dance 10, una iniciativa sin fines de lucro que busca transformar el tiempo libre en una oportunidad de crecimiento, aprendizaje y expresión artística. Lo hizo sin recursos, pero con una convicción firme: el arte podría cambiar los destinos.

Comenzó a recorrer canchas y parques en vecindarios populares, invitando a niños y niñas a bailar. Hoy, su pequeño grupo formado por diez niñas, de las cuales cuatro participan activamente en todas las presentaciones, ensayan todos los días y han sido invitados a varios eventos públicos y privados. Su enfoque principal es en la danza árabe y afro, pero lo que realmente enseñan va más allá del movimiento: historia, cultura, disciplina y autoestima.

Dance 10 es un claro ejemplo de cómo las iniciativas nacidas «con uñas» pueden tener un profundo impacto en la comunidad. No hay propósitos comerciales, solo la esperanza de ofrecer otra opción a quienes más la necesitan.

Nadia sueña con tener una academia formal, abierta a todos los niños y jóvenes que desean usar su tiempo libre en algo positivo. Su trabajo merece ser reconocido y apoyado. Porque cuando la comunidad pasa al ritmo de la cultura, el futuro baila con más esperanza.