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Tecnología

Según el estudio, la IA y el riesgo de bibliotecas

  • abril 24, 2025
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En la actualidad, las bibliotecas académicas en América Latina se encuentran en una fase crítica y decisiva. A medida que la tecnología, la pedagogía y las dinámicas sociales

Según el estudio, la IA y el riesgo de bibliotecas

En la actualidad, las bibliotecas académicas en América Latina se encuentran en una fase crítica y decisiva. A medida que la tecnología, la pedagogía y las dinámicas sociales evoluciona de manera acelerada, los usuarios buscan cada vez más que no solo contenido informativo, sino también experiencias que puedan enriquecer sus procesos de aprendizaje. Esto queda reflejado en un estudio colaborativo que involucra a diversas universidades de Colombia, Argentina, México y Chile.

El equipo de investigadores que llevó a cabo este análisis ha tratado de proyectar el futuro de las bibliotecas académicas y evaluar si están realmente preparadas para los cambios que se avecinan. Los hallazgos de este estudio son reveladores: un 42.4 % de las bibliotecas han comenzado a implementar procesos de innovación, mientras que un 37.8 % todavía no considera esta transformación como una prioridad. Esta disparidad en la adopción de nuevas prácticas resalta la necesidad de una respuesta más activa ante los desafíos emergentes.

Las tendencias surgidas de la investigación sobre innovación en bibliotecas académicas en América Latina y el Caribe, la cual se basa en una encuesta aplicada a 222 bibliotecas en 22 países de la región, identifican los retos principales que enfrenta el sector y ofrecen recomendaciones para la adaptación y transformación de los servicios bibliotecarios. Específicamente, se subraya la importancia de modelos centrados en el usuario y la necesidad de adaptaciones sostenibles en entornos de aprendizaje híbridos.

Los resultados muestran que un 38.3 % de las bibliotecas han comenzado a capacitar a su personal en habilidades digitales, y un 37.4 % está invirtiendo en formación relacionada con la ciencia abierta y la inteligencia artificial. A pesar de estos esfuerzos, las brechas en el uso de tecnologías emergentes, como la realidad virtual, la realidad aumentada y la cadena de bloques, son aún significativas, lo que acentúa la necesidad de construir equipos multidisciplinarios capaces de integrar herramientas tecnológicas con enfoques pedagógicos eficaces, así como estructuras y directrices de acceso abierto.

La directora del Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI) de la Universidad de Rosario, Malgorzata Lisowska, enfatiza que “la biblioteca no puede limitarse simplemente a ofrecer préstamos de libros. Debe replantearse como un espacio abierto, humano, flexible, colaborativo y enriquecedor”. El enfoque no debería ser exclusivamente en la competencia entre colecciones físicas y entornos digitales, sino más bien en la creación de experiencias significativas facilitadas por un acceso adecuado.

A nivel global, investigaciones como la Encuesta de Biblioteca Global bajo IFLA están de acuerdo en que las bibliotecas están evolucionando de su rol tradicional como centros de consulta para transformarse en espacios de co-creación que fomentan el pensamiento crítico y el aprendizaje activo.

En el contexto de América Latina, esta transformación debe ser considerada a través de una lente contextualizada: no basta con importar tendencias ajenas, se requiere tejer redes, colaborar con comunidades académicas y fortalecer alianzas institucionales para defender el conocimiento como un bien común, apunta Lisowska.

Bibliotecas y el entorno multiformado

Soledad Lago, directora de las bibliotecas de la Universidad Católica de Pontificia de Argentina y coautora del análisis, destaca la urgencia de incorporar herramientas estratégicas como la inteligencia artificial en la gestión bibliotecaria: “Estas tecnologías ya forman parte de nuestra realidad contemporánea, no son solo un fenómeno del futuro. Nos brindan oportunidades para mejorar servicios y optimizar procedimientos”.

“Necesitamos adoptar un entorno multi-formato que no sea percibido como una barrera, sino como un catalizador del cambio. Si no llevamos a cabo este proceso de transformación y nos adaptamos a un entorno de aprendizaje moderno, corremos el riesgo de no impactar nuestras comunidades de manera efectiva”, concluye el experto.

Imagina bibliotecas académicas

Con el objetivo de visibilizar estas transformaciones, el CRAI de la Universidad de Rosario ha lanzado una publicación titulada «Nueva información para las bibliotecas académicas en América Latina», la cual se encuentra disponible en el portal de la Biblioteca Humana de la institución. Este libro compila las voces de expertos de diversos países que han experimentado procesos de cambio en sus bibliotecas.

La intención es compartir experiencias tangibles que evidencien cómo es posible integrar la tecnología de una manera que mantenga un significado humano, generando conexiones físicas entre la innovación y la memoria, declaró Lisowska.

Con aportes de expertos en el sector bibliotecario de la región, la publicación examina nuevos perfiles del personal de la biblioteca, la función de la empatía en los procesos de transformación y los desafíos que enfrentan los especialistas en formación, quienes deben ser capaces de liderar en escenarios cada vez más complejos y cambiantes.

“Debemos escuchar más a nuestros usuarios, a los equipos y a otras bibliotecas. Solo así podremos innovar de manera significativa. Las nuevas bibliotecas académicas de América Latina deben reconocer su potencial para mejorar vidas, fortalecer la formación universitaria y proporcionar un conocimiento que sea un bien público accesible para todos”, concluye Lisowska.

El estudio sobre tendencias de innovación en las bibliotecas académicas de América Latina y el Caribe fue llevado a cabo por Claudia Becera, directora del sistema de bibliotecas de la Universidad de Bogotá, Jorge Tadeo Lozano (Colombia), Evelyn Didier Carrasco, directora de la biblioteca de la Universidad Católica Pontificia de Chile; José Burgos, director nacional del sistema de biblioteca en la Tecnología de Monterrey (México); Soledad Lago, directora del sistema de biblioteca de la Universidad Católica Papal Argentina; Malgorzata Lisowska, directora del Centro de Recursos de Aprendizaje e Investigación – CRAI de la Universidad de Rosario (Colombia); y Sonia Valencia, directora de la biblioteca de la Universidad Nacional de Colombia.