Caravanas Motorizadas en Cali | Entre el dolor de cabeza de la inseguridad y el estigma de los motoclubs organizados: piden más cultura vial
– Ojo critico
octubre 30, 2025
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Faltan pocas horas para Halloween, una de las temporadas más esperadas por los niños, cuyos cánticos de “triqui-triqui halloween, quiero dulces para mí” contrastan con los dolores de
Faltan pocas horas para Halloween, una de las temporadas más esperadas por los niños, cuyos cánticos de “triqui-triqui halloween, quiero dulces para mí” contrastan con los dolores de cabeza que sienten autoridades, empresarios y ciudadanos en general por las caravanas de motociclistas.
Algunos, enmascarados con máscaras de personajes de terror o cualquier disfraz, cientos de motociclistas forman grandes círculos por las principales calles de la ciudad. Sin embargo, para muchos, estos pasatiempos son explotados por vándalos y delincuentes, lo que genera un caos general en forma de robos, ataques a guardias de carretera y falta de respeto a las normas de movilidad.
Las autoridades han aumentado los controles sobre los motociclistas. Foto:Instagram: @movilidadcali
A pesar de los controles de seguridad más estrictos, el número de motociclistas que realizan este tipo de paseos está creciendo, lo que hace que la vigilancia sea más exigente.
El secretario de Seguridad y Justicia de California, Jairo García, anunció que si bien ha estado en conversaciones con algunos grupos de motociclistas para organizar eventos coordinados y regulados, también cuentan con recursos para atender emergencias que puedan surgir.
Sin embargo, estos inconvenientes se dan no sólo en Halloween, sino también en fechas sensibles como el Día de la Madre, incluso hasta que llega diciembre.
Otra preocupación de este tipo de caravanas es que también pueden servir como fuertes para los «ladrones de motos», que es uno de los tipos de hurto que más afecta a los caleños.
Motociclistas: diferentes familias, misma pasión
Así como hay motociclistas que provocan desorden y caos en las carreteras, también hay otros, organizados, que promueven actividades sociales e incluso actividades sociales.
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Andrea BG, reconocida dirigente de Alianza Motera Cali, una de las organizaciones de motociclistas más grandes de la región, considera crucial la distinción: «Un motociclista es todo aquel que posee y conduce una motocicleta, mientras que los ciclistas son las personas que obedecen las normas de tránsito, Tienen documentos válidos, viajan en grupos con ropa reflectante, usan cascos, realizan servicios comunitarios y dedican una parte importante de su tiempo a explorar ciudades.«.
Tradicional acto de dedicatoria masiva de motocicletas por parte de organizaciones motociclistas en Buga. Foto:Específico
Destaca que está intentando fomentar la cultura de conducción manteniendo los elementos adecuados de seguridad vial, respetando las normas de circulación y velando por que todo esté en orden, lo que, a su juicio, logró convencer a mucha gente.
“Para cada viaje debemos contar con documentos válidos, motocicletas en buen estado, protecciones como rodilleras y coderas, ropa que incluya ropa de manga larga y zapatos cerrados y ropa reflectante. Si vas en grupo, debes seguir la regla del ciclista: en fila de uno o dos, según sea dentro o fuera de la ciudad, no se hace zigzag, no se pasa el intermitente (la persona que va primero informa de todas las eventualidades).– comentó el líder motociclista de la Alianza, que existe desde hace siete años y cuenta con unas 400 personas, entre pilotos y copilotos.
Aseguró que incluso hay instrucción sobre cómo filmar en grupos grandes, que incluye códigos y señales con las manos para moverse de manera ordenada.
Aunque también organizan sesiones de gran formato, intentan hacerlo para que personas ajenas o que quieran alterar el orden no estropeen el evento: «A nosotros nos ha pasado antes, entonces cerramos el puño, lo que supone una parada normal para el grupo, los que filtran siguen, si paran se les explica».
Además, cuando son de gran tamaño, informan a las autoridades viales.
Si bien hay caravanas de motociclistas que generan confusión, también existe cultura vial. Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Componente solidario
Además de su pasión por las motocicletas, los grupos de motociclistas también son conocidos por organizar actividades como entregar útiles escolares a los niños del vecindario, visitar residencias de ancianos, alimentar a personas sin hogar al menos una vez al mes, ayudar a animales abandonados y entregar regalos a niños de zonas vulnerables durante diciembre.
Desde su punto de vista, Andrea BG cree que la ciudad necesita más espacio y apoyo institucional para que los sindicatos y las personas que practican acrobacias y freestyle, puedan practicarlos de forma sana y segura.
Si bien la idea de crearles un espacio había aparecido en otras gestiones alcaldías, siempre terminaban con un recitado de poesía al aire.
Por parte de los gremios de motociclistas y motociclistas opinan que clubes, asociaciones y agrupaciones deben acercarse con las autoridades, aunque, según el dirigente motociclista, existen varios clubes cuyos integrantes son miembros activos de la Fuerza Pública que dedican su tiempo libre a las motocicletas.
Grupos de ciclistas recorren constantemente los espacios de educación vial. Foto:Específico
Pedagogía de la motocicleta
Stella López Becerra es la persona a quien muchas personas y clubes de motociclistas recurren cuando quieren desarrollar una campaña de cultura vial o de pedagogía para la comunidad motociclista de la región.
Con 62 años y al menos 40 años y sobre dos ruedas, «Strelliz», como la llaman, es una de las mayores líderes del gremio.
Entre sus numerosas actividades, desarrolla la campaña «Soy un motociclista ejemplar», que fue creada con la participación de dirigentes de clubes organizados de la ciudad, cansados de los accidentes viales y de la imprudencia de muchos actores viales, porque creen que: «El comportamiento en la carretera debe ir siempre acompañado del respeto mutuo por la vida de cada uno de nosotros, el viajero».
“Nuestra campaña se creó aproximadamente antes del 2015, tuvo su base ya en el 2016, donde se formaron varios líderes representando a la comunidad motociclista organizada de la ciudad de Cali, Acordamos y creamos esta campaña con el único propósito de crear responsabilidad social y cultura cívica. En algunos casos también nos sumamos a la Secretaría de Movilidad en sus campañas, generando empatía entre los motociclistas y el ciudadano común”, dijo López Becerra.
Desde portar pancartas con mensajes de sensibilización para una mejor cultura vial, hasta viajar con megáfono, difundir anuncios y repartir folletos, son parte de las actividades que tiene a su cargo «Strelliz» para resaltar la importancia de respetar a las entidades viales y a las normas de tránsito, así como a las autoridades.
En algunos de sus discursos insta a abrocharse adecuadamente el casco, usar reflectores, actualizar sus documentos y evitar hablar por celular mientras se conduce.
Stella López Becerra, una de las líderes que aborda el tema de la cultura vial en la ciudad. Foto:Específico
Aunque sabe que “una golondrina no hace resorte”, considera importante su aportación para salvar el mayor número de vidas posible y contribuir a una mejor cultura vial. Por ello, se mantiene inquieta y activa en todo lo relacionado con la cultura y la pedagogía vial.
“Desde 2016 he participado en ocasiones en reuniones de grupos ciudadanos, en los que hasta el año pasado estaba presente la Agencia Nacional de Seguridad Vial, es decir, el Ministerio de Movilidad. También colaboramos con Pica, que también es un foro de movilidad internacional. También fuimos parte de grupos que abogan por semáforos inteligentes, Luz Verde para la Vida, gracias al liderazgo que represento en las ciudades y la comunidad motociclista, donde fui considerada para invitación a estos grupos cívicos”, dijo la dirigente ciclista, con la participación de su esposo de 64 años.
Aunque también es madre y abuela, tiene voluntad más que suficiente para impulsar y apoyar todo lo que sea por el bien de una mejor cultura vial.
Recordó que heredó esta pasión de su padre, un entusiasta de las motos que vive en Bogotá. Cuando Stella cumplió la mayoría de edad, su padre y su madre le regalaron una Yamaha 80 Furia de mujer con depósito blanco. Desde entonces ha poseído unas diez motocicletas.
Otra de sus constantes luchas son los llamamientos a las distintas autoridades locales, especialmente a las responsables de infraestructuras, para que se esfuercen también en mejorar las carreteras. Por eso siempre están luchando por mejores carreteras, semáforos y señales.
La cultura vial se construye entre todos
Aunque Ángela Muñoz ya no pertenece al club de motociclistas como tal, centra toda su energía en el negocio de los neumáticos para motos.
Admite que mantiene vivo el espíritu motero siguiendo siempre las reglas y manteniendo sus documentos al día, lo que cree que siempre ha sido la razón por la que a muchas personas les resulta difícil unirse a los clubes.
“A muchas personas no les gusta tener documentos vigentes, pero sí les gustan las experiencias que tienen en los clubes, como trabajo social, viajar a otros departamentos y participar en actividades solidarias con otros clubes, entonces no todos pueden pertenecer a clubes debido a las reglas”, comentó Muñoz.
Mientras estuvo en los clubes de motociclistas, experimentó de primera mano los esfuerzos para promover una cultura vial responsable, que a menudo se ven socavados por la imprudencia de algunos motociclistas y eventos como paseos de influencers que han provocado disturbios y terminado en la estigmatización de los clubes de motociclistas.
“En relación con este suceso, varios clubes tuvieron que emitir declaraciones y explicaciones porque fueron atacados”, dijo.
Considere que si Cali quiere tener una cultura vial que priorice la vida y sea más tolerante, necesita trabajar con motociclistas, automovilistas, ciclistas y usuarios diversos de la vía, e incluso con los propios agentes de tránsito.
«Algunos agentes son respetuosos, pero otros andan con mala actitud y aunque tengas tus documentos en regla, siempre querrán buscar algún motivo para retenerte allí. También hay motociclistas que no toleran nada y prefieren golpearte o agredirte antes que dialogar, o sea, de ambos lados», dijo Muñoz.
JOSÉ ANTONIO MINOTA HURTADO
EDITORIAL EL TIEMPO CASA
NACIÓN
COLOMBIA
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