El 70% de los asesinatos denunciados quedarían impunes
– Ojo critico
noviembre 5, 2025
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A primera vista, Heroica parece dar un suspiro de alivio. Los datos oficiales de Medicina Legal, analizados por el programa Cartagena Como Vamos, muestran una reducción sutil pero
A primera vista, Heroica parece dar un suspiro de alivio. Los datos oficiales de Medicina Legal, analizados por el programa Cartagena Como Vamos, muestran una reducción sutil pero tangible en la tasa de homicidios del 3% en lo que va de 2025, con Se registraron 297 casos frente a 285 en el mismo período de 2024.
Pero detrás de este ligero descenso se esconde una realidad más oscura y estructural que sigue plagando los barrios: la violencia contratada, o sicarios, que funciona como termómetro de una sangrienta guerra territorial entre bandas criminales por el control de las rutas de microtráfico y narcotráfico.
La advertencia de los analistas es clara: a pesar de la disminución general, la violencia suicida sigue siendo un desafío importante que socava la calidad de vida, la confianza de los ciudadanos y la seguridad de la comunidad.
Y en el centro de esta amenaza está el fenómeno de los asesinos, que, aunque en casos claramente clasificados ha disminuido un 6% (pasando de 101 a 95), mantiene una participación constante en el número total de delitos mortales en un 35%.
Según el diario EL UNIVERSAL, sólo en octubre hubo 24 asesinatos: 17 de sicarios; 3 en peleas, 2 en agresiones y 2 en circunstancias por determinar (La Boquilla y Villa Fanny).
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Guerra entre bandas criminales
operaciones en cartagena Foto:Distrito de Cartagena
El fenómeno de los asesinos de Cartagena no es un conjunto de actos aislados de delincuencia común; Esta es la manifestación más cruel de un conflicto de alto impacto. Históricamente, la ciudad es un corredor estratégico para el transporte de drogas hacia Centroamérica y el Caribe, lo que la convierte en una presa valiosa para estructuras del crimen organizado como el Clan del Golfo, “La Heroica” o facciones locales vinculadas a estas bandas criminales.
La guerra actual se centra en dos frentes. El primero es el control del microcomercio, la llamada «guerra de la tiza», es decir, el tráfico de drogas. Se trata de disputas por el control de las expendios de drogas («ollas») en los barrios más vulnerables y densamente poblados, donde los asesinos son utilizados como mecanismo de limpieza social, pago de deudas y ejecución de traidores o rivales que invaden el territorio. El segundo frente, menos visible pero más rentable, es el control del acceso marítimo y terrestre del tráfico internacional de drogas, donde los asesinatos selectivos tienen como objetivo asegurar la cadena logística del crimen internacional. Los asesinos, a menudo jóvenes reclutados en los mismos barrios marginales, son una herramienta desechable en este tablero criminal.
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Alto nivel de impunidad percibida y real
Operaciones en Cartagena Foto:policia nacional
El análisis de Como Vamos sobre Cartagena destaca una característica distintiva del asesino: un alto índice de impunidad percibida y real.
Es preocupante que el 70% de los homicidios reportados en 2025 involucran a un autor desconocido. Esta figura, que predomina en los asesinatos por contrato, no sólo crea una profunda desconfianza hacia las instituciones, sino que también perpetúa un ciclo de violencia porque los clanes rivales no temen repercusiones inmediatas.
Además, existe un grave problema en la clasificación forense. La institución advierte que el número de asesinos puede estar subestimado porque en un alarmante porcentaje de casos falta información sobre las circunstancias del hecho.
Esta brecha de datos dificulta determinar la verdadera magnitud del problema y, por lo tanto, abordar de manera efectiva las estrategias de seguridad. No puedes luchar contra algo que no sabes con certeza.
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Retrato de las víctimas: los jóvenes atrapado por el agresor
Patrullas marítimas y policiales Foto:Distrito de Cartagena
La demografía de las víctimas llama urgentemente la atención sobre el impacto social de esta guerra. El 96% de los asesinados fueron hombres, y lo más dramático es que el 70% de ellos eran personas de entre 20 y 39 años. Este cinturón, esencial para la vida productiva y social de la ciudad, es carne de cañón para el conflicto.
La elección de la herramienta asesina también convence: Se utilizaron armas de fuego en 228 casos, lo que constituye el 83% del total. Este modus operandi es una característica indiscutible del crimen organizado y de los asesinos que utilizan la letalidad y la velocidad de las balas para imponer su ley.
La focalización geográfica y temporal también es crucial para las autoridades.
Los meses con mayor violencia fueron junio (15%), julio (13%) y agosto (17%). lo que obliga a estrategias preventivas para incrementar la vigilancia y el control territorial en estos periodos, probablemente relacionados con movimientos en estructuras criminales o flujos de dinero y drogas a mediados de año.
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La ciudad busca una solución integral en el medio contexto de violencia en todo el país
Cartagena Como Vamos destaca que reducir el número de asesinatos cometidos por sicarios es un desafío que va más allá de la mera respuesta de la fuerza pública. Esto requiere una “visión integral de prevención, convivencia y seguridad”.
La preponderancia de víctimas jóvenes obliga a la administración distrital a redoblar esfuerzos en estrategias de inclusión educativa, empleabilidad y capacitación integral para brindar una alternativa real a poblaciones en riesgo de reclutamiento por pandillas.
Dirígete hacia una Cartagena más segura, donde la vida no es un contrato hecho por encargo, requiere una acción continua para fortalecer el tejido social, promover la confianza ciudadana y lograr una articulación institucional efectiva que ataque tanto la causa (falta de oportunidades) como las consecuencias (guerra de pandillas).
El ligero descenso es indicativo, pero la presencia continua de asesinos en el 35% de los crímenes muestra que la guerra silenciosa por el control del territorio está lejos de terminar.
Además, te invitamos a ver nuestro documental «Abuso Sexual en Cartagena: Voces Silenciadas»