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Advertencia reciente de Oficina del Comisionado de Derechos Humanos sobre posible presencia Cártel de Sinaloa en el Atlántico debe interpretarse no sólo como la llegada de una estructura
Advertencia reciente de Oficina del Comisionado de Derechos Humanos sobre posible presencia Cártel de Sinaloa en el Atlántico debe interpretarse no sólo como la llegada de una estructura armada extranjera, sino como un reflejo de la función que Barranquilla ha jugado durante décadas en el tráfico internacional de drogas.
Así lo explicó EL TIEMPO Luis Fernando Trejos, investigador de seguridad y profesor de la Universidad del Nortequien estudió la evolución de la economía criminal en el Caribe colombiano.
“Tenemos que empezar con esto Barranquilla, por su ubicación geográfica e infraestructura portuaria, Desde finales de los años 80 se ha utilizado como plataforma para la exportación de drogas ilegales, principalmente a Estados Unidos”, afirma Trejos.
Luis Fernando Trejos, investigador de seguridad de Barranquilla. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO
Según el científico, primero fueron los marimberos guajiros, y luego, con el desarrollo del comercio marítimo, diversas organizaciones colombianas consolidaron la ciudad como punto de partida de los envíos de cocaína.
“Los primeros narcotraficantes que negociaron clorhidrato de cocaína con los cárteles mexicanos en Barranquilla fueron hermanos Mejía Múnera, conocidos como Los Mellizosa mediados de los años 1990, explica.
Desde entonces, añade, Alianzas entre grupos locales y redes internacionales. Se mantuvieron activos, aunque con una dinámica más discreta y refinada.
Trejos explica que los cárteles extranjeros, como el de Sinaloa, No operan en Colombia a través del ejército ni de células armadas. «Esto no es una invasión ni un acuerdo. No controlan territorios, sino que protegen sus intereses», subraya.
Las autoridades locales tomaron medidas enérgicas contra el tráfico de drogas. Foto:policia metropolitana de barranquilla
«Lo que suele pasar es que envían emisarios o representantes con poder de negociación. Son personas con perfil empresarial, comercial o turístico que Compran el clorhidrato y supervisan su traslado y exportación. No usan armas; Usan contactos y dinero», afirma.
El investigador advierte que se trata de una forma de presencia Es menos visible, pero igualmente peligroso, porque depende de vínculos financieros y logísticos que son difíciles de rastrear. “Los puertos, las zonas francas y la intermediación comercial se están convirtiendo en espacios ideales para el desarrollo exitoso de estas conexiones”, añade.
Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, advirtió este miércoles en Barranquilla durante una audiencia pública sobre la «posible intromisión del Cartel de Sinaloa» en la dinámica criminal en el Atlántico, lo que llevó al gobernador Eduardo Verano De La Rosa pedir a una agencia de inteligencia militar que analice la información.
“El Cartel de Sinaloa en nuestro territorio ya es motivo de preocupación”, dijo el presidente, al anunciar una reunión con las fuerzas del orden para evaluar la situación.
Pero para Trejos, más allá de la alarma inicial, el caso requiere un análisis de inteligencia desde una perspectiva histórica, no respuestas actuales. «El problema no es nuevo ni aislado. La costa caribeña ha sido un corredor de narcotráfico desde hace más de cuarenta años. Lo más importante ahora es entender cómo se actualizan esas conexiones y quién las facilita”, enfatiza.
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