La primera actuación en el juramento del único cardenal colombiano que participa en el cónclave para elegir al Papa
mayo 7, 2025
0
El día de hoy, 7 de mayo, se ha marcado como un momento significativo en el ámbito religioso, ya que se lleva a cabo el juicio cónclave para
El día de hoy, 7 de mayo, se ha marcado como un momento significativo en el ámbito religioso, ya que se lleva a cabo el juicio cónclave para elegir un nuevo papa. En este contexto, el Santander Luis José Rueda Aparicio, actual arzobispo de Bogotá y el único Cardenal de Colombia con derecho a voto, se ha presentado en la respectiva lista de votantes, ocupando la posición número 89.
Durante este proceso crucial, Rueda Aparicio ha realizado el juramento ante la Capilla Sixtina del Vaticano, colocando su mano sobre el Santo Evangelio y comprometiéndose a mantener la más estricta reserva sobre los votos que se emitirán a partir del miércoles.
Monseñor Luis José Rued Aparicio, Foto Mauricio Moreno Ceet Tiempo Foto:Tiempo Mauricio Moreno
Originario de San Gil, Santander, Rueda Aparicio ha prometido de manera solemne, ante Dios y la humanidad, mantener una confidencialidad absoluta en este cónclave. Su juramento es un reflejo de la seriedad de la responsabilidad que tiene como cardenal en la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.
El arzobispo expresó: «Prometo, forzado y juro, por lo que Dios me ayuda a mí y a los Evangelios Santos en los que juego con mi mano». Esta declaración subraya su compromiso tanto espiritual como moral en el proceso de elección.
Este cónclave cuenta con la participación de 133 cardenales, y es significativo que el equipo nacional de Colombia esté representado por Rueda Aparicio, quien ocupa la posición 89 para votar.
¿Quién es el arzobispo colombiano único en votar en cónclave?
Rueda Aparicio proviene de una familia humilde, donde desde muy joven se dedicó a la carpintería para ayudar a su madre a sustentar a una familia numerosa con 12 hermanos. «Hoy parece una explotación, pero trabajábamos en carpintería y construcción. Cada día era una lucha para poner comida en la mesa», confesó. Esta experiencia construyó en él un sentido de sacrificio y esfuerzo que hoy aplica en su vida religiosa.
En su juventud, Rueda tuvo una relación con una mujer de la que se enamoró. Aunque ambos compartían algunos momentos bellos, sus diferencias, especialmente en temas como el fútbol, marcaron el final de su historia. Rueda es un fanático del Atlético Bucaramanga, mientras que su ex pareja apoyaba al Santa Fe, lo que se convirtió en una divertida pero significativa diferencia para ellos.
Antes de dedicarse de lleno a la vida católica, sirvió en el Ejército Nacional. Finalizados sus estudios de licenciatura en noviembre de los años ochenta, Rueda se unió a las fuerzas armadas en La Guajira, donde vivió experiencias complejas y desafiantes que formaron su carácter.
Cardenal en una entrevista para la foto Mauricio Moreno The Time Ceet Foto:Tiempo Mauricio Moreno
Recordando esos días difíciles, admitió en una entrevista: «Lloré todos los días.» Con solo 18 años, enfrentó el riguroso entrenamiento militar, llevando un uniforme que le pesaba y una carga emocional abrumadora. Sin embargo, es su fe la que le guió hacia un camino distinto: su vida religiosa comenzó a los 19 años, sintiendo una llamada divina que no pudo ignorar a pesar de las dificultades.
Aunque no asistía a la misa cada domingo de pequeño, siempre mantuvo la oración presente en su vida. Su fe fue un soporte constante, incluso cuando trabajó en un laboratorio de cemento, donde sintió un llamado a servir a Dios de una manera más profunda.
Con el tiempo, el monseñor Luis José Rued Aparicio ha emergido como un líder espiritual dedicado a su comunidad y a la Iglesia. Sin haber cursado especializaciones o doctorados formales, ha sido reconocido por su trabajo y compromiso. En 2023, recibió una carta del Papa Francisco que lo invitó a ingresar a la Escuela Cardenalicio, parte esencial del camino hacia ser votante en el cónclave y posiblemente asumir un puesto más destacado dentro de la Iglesia.
Su carrera en la Iglesia ha estado marcada por diferentes roles, incluyendo obispo de Montelíbano, arzobispo de Bogotá y Popayán, lo cual ha nutrido su experiencia y su compromiso hacia la comunidad.