Hace exactamente cuatro años, el 15 de agosto de 2021, los talibanes en Afganistán comenzaron su difícil campaña para eliminar a las mujeres del espacio público. Desde que tomó el poder, han publicado más de 70 regulaciones que violan los derechos para niñas y mujeres, especialmente su derecho a la educación.

Hoy, Afganistán tiene el registro triste de ser el único país del mundo donde la escuela secundaria y la educación superior están estrictamente prohibidas para las niñas y las mujeres. Como resultado de esta decisión retrográfica, aproximadamente 2.2 millones de ellos la educación se vean privada de educación además de la escuela obligatoria.

En el campo periodístico, las mujeres afganas también son silenciadas. El «Ley para la promoción de la virtud y la prevención del viceal»Introducido por los talibanes en el verano de 2024, prohíbe todas las representaciones de las personas y el veto contra la participación de las mujeres en las emisiones radiales. Desde 2021, más del 80 % de las mujeres que trabajaron en los medios han perdido sus trabajos.

Esta exclusión sistemática de las mujeres en la vida pública en Afganistán tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo a largo plazo del país, donde la mitad de la población ya vive por debajo de la línea de pobreza.

Dada esta situación inaceptable, la UNESCO continúa instando a todos los países a mantener la presión diplomática sobre las autoridades de facto y de manera firme y constante la recuperación inmediata e incondicional de escuelas y universidades para niñas y mujeres afganas. El derecho a la educación no se negocia. El futuro de toda una generación de Afghas se sacrifica, a pesar del progreso logrado en los últimos veinte años.

Entre 2001 y 2021, gracias a la acción de la comunidad internacional, coordinada por la UNESCO, el número de estudiantes en Afganistán fue multiplicado por diez. Si en 2001 prácticamente no hubo colegialas, en solo dos décadas superó el nivel escolar para niñas en el 80 %de pregrado. El índice de alfabetización femenino casi se duplicó, de 17 % a aproximadamente 30 % en toda la edad.

Desde su llegada a la potencia, los talibanes se han determinado sistemáticamente a destruir todo estos progresos.

Dada esta violación de los derechos fundamentales de las niñas y mujeres afganas, la UNESCO trabaja para ofrecer educación alternativa. En más de 2000 aldeas en el país, más de 1000 facilitadores en comunidades locales han sido entrenados para enseñar cursos de alfabetización para 57,000 jóvenes, en su mayoría niñas.

UNESCO también brinda apoyo financiero y educación a los medios afganos que desarrollan y difunden programas educativos. Este es el caso con la Organización Begum para Mujeres (Organización Begum para Mujeres), que fundó una estación de radio en marzo de 2021 y luego un canal de cable en marzo de 2024, o la plataforma AUX, una academia en línea disponible a través de WhatsApp que permite a las mujeres jóvenes acceder a clases a diario. Estos contenidos, distribuidos con fondos asociados con la UNESCO, ya han llegado a una audiencia estimada de 17 millones de afgados.

Sin embargo, estos métodos de aprendizaje alternativos, que no pueden reemplazar la enseñanza dada en un salón de clases, están constantemente amenazados por las autoridades de facto.

En los últimos cuatro años, la UNESCO se ha establecido como uno de los últimos foros en los que se pueden escuchar sus votos, como en la última celebración del Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, que nos dedicamos a las mujeres afganas este año.

Pero en un momento en que algunos intentan normalizar sus relaciones con los talibanes, insto a la comunidad internacional para que permanezca más movilizado que nunca a favor del reembolso completo e incondicional de la ley de los afganos. Si bien el día llega el día en que puedan regresar a las aulas, no los abandonamos.