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Desde el interior de la Estación de policía en El Rodadero, situada a pocas calles de la icónica playa, el miércoles por la mañana se escuchaban gritos ensordecedores,
Desde el interior de la Estación de policía en El Rodadero, situada a pocas calles de la icónica playa, el miércoles por la mañana se escuchaban gritos ensordecedores, golpes provenientes de los bares cercanos y el crujir alarmante de colchones en llamas.
Este escenario marcó el inicio de un nuevo capítulo en un área que, aunque frecuentada por turistas, se ha convertido en el escenario de episodios que parecen sacados de una serie criminal.
El ambiente era ya tenso desde las primeras horas del martes, cuando cuatro hombres fuertemente armados con rifles y pistolas irrumpieron en las instalaciones policiales con un objetivo claro: liberar a Brayan Armando Garizál Yepes, conocido en el mundo del crimen como «chocolate», quien es supuesto miembro de grupos de montaña.
Conocido también como «chocolate», Garizál está implicado en al menos 18 asesinatos cometidos entre 2020 y 2024 en zonas como Ciénaga, Puebloviejo y zonas aledañas. También está relacionado con el asesinato de dos pescadores en Puebloviejo el pasado 16 de marzo.
Solo tres días antes de este doble homicidio, Garizál fue aprehendido por el Ejército y la Policía Nacional durante una operación en las áreas rurales del distrito de San Pedro, en lo alto de la Sierra Nevada de Santa Marta.
El intento de rescate fue completamente repelido por los agentes de guardia, quienes utilizaron su armamento para evitar que el criminal fuera liberado. En medio del tiroteo, uno de los atacantes fue abatido. En ese momento, la estación de policía quedó fuertemente custodiada, con medidas de seguridad que hacían recordar a un escenario bélico.
Además de los asesinatos ya mencionados, Garizál enfrenta múltiples acusaciones que incluyen concierto para delinquir, tráfico de drogas y desplazamiento forzado.
Solamente 24 horas después de este fallido intento de fuga, otro episodio de violencia sacudió El Rodadero. La comunicación de varias transferencias de los prisioneros más peligrosos generó una oleada de pánico dentro de la estación. Los reclusos, conscientes de estas decisiones, comenzaron a alborotar.
Prendieron fuego a varios colchones y golpeteaban las rejas, creando un ambiente de caos y pánico tanto entre los uniformados como entre los vecinos de la zona.
«Solicitamos apoyo inmediato de los bomberos, ya que los prisioneros estaban incendiando varias esteras en señal de protesta», confirmó Ricardo Red, director de la Brigada de Bomberos de Santa Marta. «Afortunadamente, la situación se controló antes de que se generalizara el fuego en todo el edificio», añadió.
Mientras se organizan las transferencias de los presos como parte de un estricto protocolo de seguridad, el ambiente en la estación de policía es inquietante. Comerciantes, residentes y turistas que frecuentan una de las áreas más emblemáticas de Santa Marta viven con el temor palpable de que la violencia pueda estallar nuevamente.
El Rodadero se considera un sector clave en el turismo de Santa Marta. Foto:Agencia de Kronos
«Estamos realmente preocupados. Esto ya no es una simple estación de policía; se ha convertido en una bomba de tiempo», expresó un comerciante del área.
Los residentes exigieron medidas urgentes, incluyendo la reubicación del centro de detención o la implementación de controles más estrictos para evitar que estos episodios de violencia se repitan.
El Rodadero, un lugar tradicionalmente asociado con el turismo y la recreación, hoy se ve amenazado por actos de violencia que encienden las alarmas entre las autoridades y los vecinos.
El alcalde, Carlos Pinedo, ha ofrecido una recompensa de hasta 200 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los otros tres miembros del grupo armado que atacó la estación de policía.
Roger Urieles para la época de Santa Marta en X: @rogeruv
