Cali, ¿podría estar en un accidente de invierno relacionado con el cambio climático? Autoridades protegidas por medios
mayo 2, 2025
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Durante el mes de abril, las lluvias afectaron considerablemente a gran parte de la ciudad, sirviendo como un recordatorio palpable de la necesidad de aumentar la conciencia y
Durante el mes de abril, las lluvias afectaron considerablemente a gran parte de la ciudad, sirviendo como un recordatorio palpable de la necesidad de aumentar la conciencia y atención sobre cómo gestionar los efectos del agua de lluvia en el entorno urbano. Estas precipitaciones intensas nos obligan a reflexionar sobre las medidas que han sido implementadas en el ámbito ambiental en el pasado, así como las que se deben considerar con urgencia para abordar la crisis del cambio climático y los retos ambientales que enfrentamos actualmente.
Es crucial comprender cómo estas situaciones climáticas han transformado el contexto urbano y natural de la región, considerando los distintos mitos y creencias que han circulado a lo largo de los años sobre el impacto diferencial de las lluvias en varias zonas.
Algunos relatos populares mencionan que el sur de la ciudad es un «cielo roto», que equivocadamente se presenta como una región con mayor susceptibilidad a las lluvias; el este fue descripto como un antiguo pantano, y se menciona que una gran parte de la Avenida Sixta era, en tiempos pasados, un barranco. Además, varias corrientes del río Cali han sido alteradas de manera significativa a lo largo de los años.
Óscar Ramírez Benjumea, un experto en el área y responsable de la dirección ambiental de CVC, explica que muchos de estos mitos, aunque basados en situaciones reales, forman parte de un legado histórico que nos ayuda a entender los cambios que la ciudad enfrenta hoy. «En el sur, las precipitaciones son más intensas que en el norte. Este fenómeno se puede atribuir a las barreras orográficas que presentan las montañas», destaca.
En los primeros días de abril, las lluvias fueron más intensas Foto:Santiago Saldarriaga / The Time
Continuando con su análisis, Ramírez menciona un mito que refiere a las islas térmicas en el centro de la ciudad, lo que contribuye a la creación de condiciones que favorecen las lluvias. Y al referirse a la dirección de Jamundí, alega que las características geológicas del área y la calidad de los suelos influyen drásticamente en la percepción de tormentas que se extienden hacia el sur del departamento y hasta el norte de Cauca.
Sobre la zona oriental, destaca el distrito de Aguablanca, reconocido anteriormente como un humedal caracterizado por su elevada humedad. «Este área fue moldeada a través del establecimiento de un canal oriental y sistemas de aguas residuales que alteraron su dinámica natural», explica el especialista.
En cuanto a la frecuencia de inundaciones en la Sexta Avenida, específicamente en Chipichape, se atribuyen en gran parte a la depresión del terreno. Aunque Ramírez señala que hay zonas que también enfrentan problemas más severos debido a la topografía del área.
En el caso de las lluvias, la movilidad es uno de los grandes afectados Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
Además, se identifican otros sectores que históricamente han sido vulnerables a las inundaciones, como El Guabal y San Judas, donde se han registrado niveles de agua alarmantes. «El canal sureño, que se creó para mitigar estas inundaciones, ha logrado reducir el impacto en esas zonas específicas», destacó Ramírez.
Impacto del cambio del lecho del río
Por otra parte, la parte occidental y sectores del norte del valle del Cauca han evidenciado un impacto negativo debido al cambio de los cursos fluviales y las corrientes, que aunque alguna vez fueron parte de soluciones a problemas de inundaciones, han derivado en situaciones complejas ante las alteraciones climáticas. Esto es algo que el director de la Corporación Vallecaucana de Recursos Naturales (CVC) toma en cuenta al señalar que la historia del distrito de La Isla es un buen ejemplo de estas transformaciones.
«El río Cali, después de la Clínica Los Remedios, fue modificado notablemente. Antes, su curso se extendía a lo largo de la quinta carrera hasta la Isla 26, pero con las modificaciones, las consecuencias fueron graves», afirma Ramírez, recordando también cómo ciertas zonas ahora albergan importantes museos y canales que alguna vez fueron parte del paisaje fluvial.
El Ministerio de Movilidad tenía guardias para regular el tráfico en las áreas afectadas. Foto:Juan Pablo Rueda / El TIempo
Ramírez explica que diversos ríos han sido reorientados para crear trayectos más directos, en lugar de seguir los caminos serpenteantes que solían cubrir extensas áreas, lo que ha generado consecuencias adversas tales como inundaciones y sedimentaciones peligrosas. «Al enderezar un río, se agrava la situación. Esto ha sido particularmente evidente en la forma en que se manejan algunos canales de irrigación», comentó Ramírez.
Por otro lado, la falta de planificación adecuada en la expansión urbana también ha afectado drásticamente la dinámica de la naturaleza en el entorno citadino.
«Ciertos canales y áreas que fueron urbanizadas no pueden manejar el agua de la misma manera que lo hacía el entorno natural. En particular, la urbanización de las zonas de Cuenquita sobre Nápoles ha resultado en que el agua de lluvia no se infiltre, causando acumulaciones que generan problemas en vías y espacios públicos», explica.
Este análisis lleva a concluir que el clima en Valle del Cauca ya no presenta patrones estacionales como lo hacía anteriormente. «Antes, se hablaba de un patrón de lluvias y sequías que se repetía de manera más predecible. Hoy en día, los fenómenos climáticos como El Niño y La Niña representan desafíos constantes que influyen en la ingeniería y planificación urbana», concluyó Ramírez.
¿Por qué está más lloviendo en algunas áreas que en otras?
Desde la perspectiva de María Alexandra Paczeco, la Secretaria de Gestión de Riesgos de Cali, la variabilidad de las lluvias en la ciudad es significativa. Su análisis revela que «la distribución de precipitación no es uniforme, y esto se puede atribuir a múltiples factores, como la topografía local y la influencia de la cordillera occidental».
Sur, centro y este, entre los cuales están más inundados. Foto:Santiago Saldarriaga / The Time
Paczeco menciona que «cuando los vientos húmedos del Océano Pacífico entran en contacto con las montañas, el aire se eleva, se enfría y resulta en precipitaciones». Esto explica por qué las zonas al oeste de la ciudad, como los municipios 1, 18 y áreas rurales como Pichindé, suelen recibir precipitaciones más intensas que otras.
En relación con la composición del suelo y su posible impacto en la absorción de agua, se ha observado que ciertos tipos de suelo, especialmente en pendientes, presentan baja permeabilidad, lo que impide que el agua se infiltre profundamente, llevando a situaciones de escorrentía superficial y a deslizamientos de masa en zonas vulnerables.
¿Qué áreas afectaron más las lluvias?
Actualmente, las áreas más perjudicadas por las lluvias corresponden en su mayoría a la zona occidental de la ciudad, incluyendo los sectores 2, 18 y 20. Estas localizaciones son particularmente vulnerables a procesos de erosión debido a la combinación de factores geodinámicos y actividades humanas que han deteriorado el medio ambiente en la región.
La topografía de estos sectores, marcada por pendientes pronunciadas, facilita la rápida acumulación y drenaje del agua de lluvia, lo que, junto con la falta de infraestructuras adecuadas para la gestión de lluvias, genera una saturación del suelo que aumenta el riesgo de deslizamientos. Las condiciones geológicas y el uso del suelo son factores que deben ser cuidadosamente considerados en esta problemática.
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