«Calle era una piedra en el zapato»
- abril 24, 2025
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El último Viernes Santo se hizo eco de la noticia sobre la muerte de Jorge Eliécer Narnjo, reconocido ingeniero colombiano y escritor. Su trágico fallecimiento ocurrió mientras se
El último Viernes Santo se hizo eco de la noticia sobre la muerte de Jorge Eliécer Narnjo, reconocido ingeniero colombiano y escritor. Su trágico fallecimiento ocurrió mientras se
El último Viernes Santo se hizo eco de la noticia sobre la muerte de Jorge Eliécer Narnjo, reconocido ingeniero colombiano y escritor. Su trágico fallecimiento ocurrió mientras se encontraba en viaje hacia la localidad de su esposa, en la conocida área de Soraypampa, en Cusco, Perú.
Su muerte sorprendió a un grupo de historiadores y escritores en la facultad de Risaralda, donde residía en Orange Street, y quienes compartían su pasión por la literatura y el estudio histórico.
Calle Narnjo nació en el encantador municipio de Belalcázar, en Caldas, pero se trasladó a Virginia en Risaralda a una edad temprana. Era ingeniero de profesión y, a lo largo de dos décadas, desempeñó diversos roles en la función pública, incluyendo su trabajo como Secretario de Planificación en la Alcaldía de La Virginia.
Su legado va más allá de la ingeniería; también se destacó como maestro, escritor, historiador, inventor y emprendedor. Fue el fundador del Instituto de Electrónica y Computadoras en Virginia, lugar donde capacitó a numerosos jóvenes, muchos de los cuales en tiempos recientes se aventuraron en el ámbito de la inteligencia artificial, según informaron fuentes cercanas.
El último Viernes Santo, Jorge Eliécer Narnjo murió en Perú. Foto:Entregado
Narnjo publicó un libro titulado 485 años de soping y Virginia, historia y planificación urbana, tras casi dos décadas de investigación sobre los orígenes de Virginia, Risaralda. La obra vio la luz en 2021.
El escritor y historiador Cardon mencionó en una entrevista que «Tuvimos un enfoque porque me pidió que revisara algunos de los documentos que tenía y que llenarían algunos vacíos. Los datos antiguos han creado mitos en Virginia. A partir de ahí, nació un libro que se convirtió en un desafío para la narrativa tradicional. A los pueblos y comunidades les gusta su historia, y no deben ser distorsionadas”, dijo.
“Prometió a la comunidad que presentaría una narración rigurosa. Por más de 20 años indagó en archivos y fuentes primarias, revelando el origen del nombre de Virginia”, añadió el escritor.
La Virginia, comuna del Departamento de Risaralda. Foto:Google Maps
En su investigación, Calle Narnjo afirmó que 1888 no era el año de la fundación de Virginia, como se creía comúnmente. Descubrió que en 1826 ya había una población con casas dispersas y más de 200 habitantes. Además, mencionó que el nombre que posteriormente adoptó la ciudad se debió a un militar llamado Ramón Antonio de la Peña, quien adquirió tierras en la región.
«Colaboré en la redacción del prólogo del libro, hice una revisión exhaustiva y apoyé en la publicación. Fue un esfuerzo interesante que se llevó a cabo durante la pandemia, en condiciones complicadas. Es una gran pérdida en todos los sentidos la de Calle Narnjo. Estaba trabajando en un segundo ensayo que profundizaría en este tema de identidad en Virginia«, comentó Chica.
Jorge Eliécer Narnjo falleció en Soraypampa, Cusco, Perú. Foto:Google Maps
Narnjo y Chica eran parte de un grupo literario conocido como Cantoras, que fomentaba la lectura crítica.
“Era un miembro invaluable para un grupo que contaba con rigor, su metodología, el esfuerzo investigador y el compromiso por conocer los orígenes y las primeras palabras pronunciadas en la región eran admirables”, indicó Chica.
Adicionalmente, lo describen como un inventor que creaba soluciones a las necesidades de la comunidad, como una máquina destinada a ayudar a los productores de plátanos y un proyecto para establecer un albergue a orillas del río Cauca.
“Lo llamábamos Da Vinci, porque tenía esa habilidad innata para crear, diseñó una máquina para la producción de queso, otra para tostar café y una herramienta para aumentar la producción de plátano con la colaboración de mujeres de la comunidad. Lamentablemente, estas ideas no recibieron el apoyo que merecían adquirió como proyecto”, compartió Chica.
Numerosas instituciones públicas en Risaralda expresaron su lamento por la pérdida de Calle Narnjo.
El Concejo de Virginia lo describió como «un excelente ciudadano que legó un valioso patrimonio educativo, cultural e histórico a la comuna».
En los próximos días, se espera que la esposa de Calle Narnjo regrese al país con las cenizas de su difunto esposo.
Perdido Foto: