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Noche Jueves 4 de septiembreBarrio 20 de Julio, en una ciudad metropolitana BarrigaEstaba envuelto en canciones, gritos y abrazos. El equipo nacional colombiano acaba de clasificar el Campeonato
Noche Jueves 4 de septiembreBarrio 20 de Julio, en una ciudad metropolitana BarrigaEstaba envuelto en canciones, gritos y abrazos. El equipo nacional colombiano acaba de clasificar el Campeonato Mundial en 2026, y las calles estaban llenas de alegría. Pero esta euforia duró poco. A las 20:40 El estallido de disparos apagó la ceremonia y coloreó la esquina del sector sanguíneo.
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En 98th Street con una carrera de 6 en el sur de tres jóvenes se reunieron con amigos. Se suponía que debían jugar billar, Como cada dos jueves, usando el ambiente festivo. Entre ellos estaba Erick Enrique Yépez Benítez20 años, un soldado asignado a la Policía Militar, que fue un consentimiento en la ciudad. Lo acompañaron Juan David Solano Romero22 años y Juan Luis Yana Zambanoadolescente 17.
El joven tenía la intención de interpretar a billar con los otros dos amigos, los testigos informan el preliminar. Foto:Redes sociales
De repente, dos hombres de motocicletas irrumpieron en el escenario. La parrilla bajó, sacó un arma de fuego y disparó sin decir una palabra. Tres jóvenes heridos. Los vecinos, aún aturdidos de retumbar, corrieron para ayudarlos y trasladarlos al centro de salud más cercano para hacer Camino de Santa María. Allí, los médicos confirmaron la muerte de Eick y Juan David. Juan Luis, el más joven, permanece hospitalizado, bajo el pronóstico reservado.
El lugar del crimen no es ajeno a la violencia. Hay en esta área del distrito 20 de Julio Antecedentes de enfrentamientos entre pandillas juveniles que las autoridades identificaron como ‘Pucter Y ‘Los de San Carlos«, Cuyos enfrentamientos empeoran durante la lluvia, cuando los jóvenes armados con piedras, machetes y armas de fuego se encuentran frente a ellos en una carretera pública completa. Aunque las autoridades aún no han confirmado si el doble asesinato está relacionado con estas disputas, El contexto de incertidumbre en el sector es visible.
Los vecinos del vecindario se aseguran de que la presencia de la policía sea interrumpida y que se fortalezca solo cuando es Gran visibilidad de los eventosComo fiestas de selección, además de estar en los sectores más circundantes en Circunvalar por ser Ruta principal. «Aquí nos prestan atención solo cuando es fútbol, porque saben que es una presentación de la ciudad. Por el resto del tiempo somos arrojados a abandonar«, Puedes verlo en un comentario a las redes sociales sobre el asesinato de estos jóvenes.
Los vecinos condenan la interrupción de la presencia de la policía. Foto:Archivo privado
La muerte de Eric Yépez, un joven ejército, que recién comenzaba su carrera, y Juan David Solano, que soñaba con abrir su propio negocio, se suma a Larga lista de asesinatos En las últimas semanas, sorprendieron a Barranquilla. La ciudad cruza una ola de violencia, que parece no tener un freno, con árboles alquilados, forzando y confrontaciones entre las bandas que dejaron Muchas víctimas.
En distritos como Rebolo, Las Gardeas, La Chinita y ahora el 20 de julio, Un sentido de incertidumbre se ha convertido en parte del paisaje. Las familias viven con miedo, la incertidumbre de los jóvenes y las autoridades con el desafío de recuperar el control sobre las áreas que parecen olvidadas. Sin embargo, este trágico evento aún se desconoce: ¿Por qué ellos?
El joven todavía permanece en la observación médica, esperando que se recupere y testifique. Foto:Redes sociales
La pregunta entre los familiares de las víctimas es la misma que se repite después de cada crimen: ¿por qué son? ¿Qué motivó a los éxitos a disparar a tres jóvenes que aparentemente solo querían jugar al billar? ¿Fue una confusión, venganza, ajuste de facturas? ¿Hay alguna historia que aún no se haya revelado? Policía metropolitana de Barranquilla Avades Investigations, Pero hasta ahora no hay mangos o hipótesis oficiales sobre los teléfonos celulares de ataque.
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Mientras tanto, en el distrito 20 de Julio en la esquina en la que ocurrió el crimen, permanece callado. La música salió, los gritos de los goles fueron silenciados y los abrazos ya no eran de alegría. Por otro lado, las velas, las flores y la tristeza derivadas, que se mezclan con la ira de la comunidad que se siente sola antes de la violencia.
Tengo una cura Foto:
