Heriberto Caicedo miniaturista
Por Sofonías Rodríguez Montezuma
Heriberto Caicedo es natural de Nariña quien, desde hace aproximadamente veinte años, explora los campos del arte con dedicación y amor. Inicialmente residió en la ciudad capital, pero hoy disfruta de los encantos de su tierra natal: Sandoná. Sus obras, principalmente casas en miniatura, son muy bien recibidas tanto por locales como por visitantes.
Cuenta que, al principio, su trabajo era soldar. Junto a sus hermanos, poco a poco incursionó en la escultura y, más tarde, en el arte de construir casas en miniatura con tal destreza y gusto estético que su obra ha sido motivo de admiración y reconocimiento como maestro en su oficio. Con el tiempo, sus amigos comenzaron a comprar sus piezas, y no tardaron en aparecer turistas norteamericanos interesados, quienes también se llevaron algunas de sus artesanías.
Recuerda que, hace unos 15 años, hizo un molino en miniatura con todas sus funciones y movimientos. Esta pieza fue adquirida por la familia Arcos Fajardo, quienes la llevaron a la capital de la República.
El maestro Heriberto comenta que actualmente hace dos casas por semana. Las de dos pisos tienen un valor de $300.000 y las de un piso, $150.000.
En su familia, sus hijos Harold, Mónica y Liliana han seguido sus pasos y también se dedican al arte en diferentes formas. A sus 78 años dice sentirse feliz y bendecido por Dios.