El fenómeno político de «El Mono» Martínez, que sacude con el consejo de Santa Marta
abril 24, 2025
0
Hablando de Santa Marta, el concejal Miguel Martínez Olano, conocido como «El Mono», ha dejado de ser solo un concejal para convertirse en un fenómeno en sí mismo.
Hablando de Santa Marta, el concejal Miguel Martínez Olano, conocido como «El Mono», ha dejado de ser solo un concejal para convertirse en un fenómeno en sí mismo. Su presencia en el consejo distrital ha transformado este espacio en un verdadero escenario de confrontación y debate, llenando los titulares de los medios y atrayendo tanto críticas como fieles seguidores.
Recientemente, un episodio memorable involucró su forzada expulsión del recinto por cuatro policías, lo que desató una serie de gritos y acusaciones. Este incidente no solo llenó de críticas su repentina caída, sino que, de forma irónica, también logró aumentar su popularidad entre quienes lo defienden fervientemente.
La controversia generada por su violenta expulsión se disparó en los medios nacionales el pasado miércoles. Se vio al concejal en medio de una fuerte pelea, donde él gritaba sobre censuras, lo que provocó una ola de indignación institucional, pero también un notable apoyo en plataformas sociales.
Una trayectoria marcada por la polémica
Desde su ingreso al consejo en 2024, Miguel Martínez ha acumulado una serie de episodios notorios que, en otros contextos del país, hubieran llevado a sanciones inmediatas.
Con frecuencia asiste a las sesiones en un estilo no convencional, incluso vestido con bermudas, interrumpe debates y lanza acusaciones infundadas hacia colegas, funcionarios y periodistas. Su estilo es directo y visceral, pero él mismo lo justifica con la frase «Honesto y popular».
Consejero Santa Marta. Foto:Redes sociales
Una de sus intervenciones más memorables fue durante un debate sobre el sistema de alcantarillado de la ciudad. En esa ocasión, afirmó: «Santa Marta ya no puede pararse. Aquí tienes que poner un pico y un plato en la mierda».
Muchos de sus colegas encontraron sus intervenciones más propias de un espectáculo cómico que de una discusión política seria. No obstante, su manera de actuar ha logrado acercarlo a los ciudadanos, quienes sienten que no tienen representación por parte de otros políticos más tradicionales.
Incidente con un colega concejal
En 2024, durante una reunión con el concejal José Alfredo Ordóñez, este observó que las actuaciones de Martínez eran poco serias. El Mono no tardó en responder con una provocación en tono burlón:
«No te estoy diciendo nada cuando te emborrachas con el consejo, ¿estás enamorado de mí?»
Este tono desafiante lo adopta con otros miembros del consejo y funcionarios, a quienes no duda en calificar de corruptos, ladrones, e incluso adictos a las drogas. Por ejemplo, se dirigió a Carlos Caicdo con el apodo de «rata», y amenazó al ex secretario del Tesoro, Lucas Gutiérrez, quien fue objeto de tales acusaciones.
Cuatro policías tuvieron que intervenir para sacar al concejal de la sala. Foto:Captura de video
Durante el debate sobre el Plan de desarrollo en marzo de 2025, solicitó la palabra y, al no recibir respuesta, comenzó a golpear el escritorio como si fuera un tambor, interrumpiendo la sesión y gritando hasta que logró que le dieran la palabra. Esta situación obligó al presidente del consejo a suspender la sesión, provocando reacciones variadas entre el público presente que oscilaban entre la risa y la indignación.
Conflicto con el presidente del consejo
Pedro Gómez, actual presidente del consejo, ha tomado una postura firme tras los sucesos recientes. En una declaración, afirmó:
«Mientras esté a la vanguardia del Consejo, no permitiré que Miguel Martínez siga interrumpiendo los debates y haciendo lo que le plazca. Estoy considerando denunciarlo ante la oficina del Fiscal General por su conducta.» Esta respuesta surge a raíz de las acciones de Martínez, las cuales, según Gómez, no solo han menospreciado la dignidad del consejo, sino que además han deteriorado gravemente la imagen institucional ante la ciudadanía.
Gómez añadió que la percepción pública está profundamente afectada; «la gente piensa que no hacemos nada, y en parte es debido a la manera en la que este hombre ha degradado el espacio.» En resumen, sus comportamientos han contribuido a un desprecio hacia el trabajo del consejo.
Defensa de «El Mono»: «Me persiguen»
Desde su perspectiva, Miguel Martínez sostiene que está siendo perseguido por no someterse a las normas convencionales:
«Tienen una guerra montada contra mí porque no soy de los que se callan. No voy a ceder ni a compartir los ideales de quienes solo levantan la mano por intereses personales. Si tengo que sacrificar mi ropa, mi posición e incluso mis dientes por defender a la gente, lo haré».
La incomodidad y el caos provocado por el sistema de aguas residuales fue un tema recurrente para el concejal Martínez. Foto:Roger Urleles
Martínez se considera a sí mismo como un político directo y no está dispuesto a seguir las formas tradicionales. Para sus seguidores, encarna la figura de un «Robin Hood Caribeño», mientras que para sus detractores es vistos como un bufón que hiere la seriedad del cargo que ostenta.
Análisis crítico: ¿Justificadas las revueltas o un daño a la institución?
El analista político Fernando Giraldo, profesor universitario, ofrece un análisis crítico sobre la situación de Martínez:
«Lo que le está sucediendo a Miguel Martínez es preocupante. Aunque puede tener razones válidas en sus quejas, las estrategias que utiliza: escándalos, vulgaridades y confrontaciones constantes, deterioran la estructura institucional. Representar a las personas no significa romper las normas del decorum. Aunque el populismo mediático le concede voz, también crea un estado de caos».
Lo que le sucede a Miguel Martínez está preocupado. Puede tener razones en sus quejas, pero las formas que usa: un escándalo, vulgaridad, confrontación constante, destruyen el tejido institucional. Representar a las personas no significa la dinámica de los estándares. El populismo de los medios da voz, pero también genera caos
Fernando GiraldoProfesor universitario
Giraldo advierte que si el consejo no establece límites claros a este tipo de comportamientos, se corre el riesgo de ser completamente deslegitimado ante la opinión pública:
«La gente ve a los consejos como un circo de gritos, en lugar de espacios destinados a la deliberación democrática. Esta dinámica resulta en una pérdida de confianza de los ciudadanos en todas las instituciones».
La figura de Miguel Martínez polariza a Santa Marta, donde cuenta con miles de seguidores en las redes sociales que lo exaltan y lo defienden, describiéndolo como «el único con pantalones». Sin embargo, la interrogante persiste: ¿a qué costo?
Para los analistas de política regional, es esencial distinguir entre señalar corrupción o denunciar el abandono social, y convertir el consejo en un campo de batalla personal.
«Mientras El Mono continúa gritando y disfrutando de su popularidad, la gestión pública y la institucionalidad se debilitan», concluyó Giraldo.
Puede interesarle
VIVO: Así se despidió el Papa Francisco de Roma. Foto: