Jhesica Quintero, una estudiante de Antioquia, que viajó para ese cuidado de Cartaagen y fue asesinado
abril 22, 2025
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Era alrededor de las 3:45 de la tarde del sábado 19 de abril, cuando el estruendo de disparos quebró la tranquilidad de quienes se encontraban cerca del cementerio
Era alrededor de las 3:45 de la tarde del sábado 19 de abril, cuando el estruendo de disparos quebró la tranquilidad de quienes se encontraban cerca del cementerio Gardines de Paz, en el tronco oeste, en Cartagena. Este inusitado sonido marcó el final de una jornada ordinaria, transformándola en un momento de pánico y desesperación.
En cuestión de segundos, el ruido vibrante de la ciudad se ahogó en un tenso silencio. En el separador de la carretera reposaba el cuerpo sin vida de una joven mujer, acompañada de una motocicleta volcada, y el rostro perplejo de otra mujer que había estado a su lado en ese trágico momento. El nombre de la víctima es Jhesica Quintero Duque, de 29 años, originaria de Antioquia, quien nunca regresó a casa.
Jhesica era una estudiante de ingeniería industrial en su último semestre en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAG), un tiempo crucial en su vida académica que culminaría en un futuro prometedor. Sin embargo, este viaje a Cartagena, que parecía ser una simple diligencia personal, terminó en una tragedia indescriptible. Su familia, devastada por la noticia, no encuentra consuelo ni una explicación clara acerca de lo que sucedió. Ella debía regresar a Antioquia, hacia el Corregimiento Danta, el mismo día, donde la esperaban su familia y amigos.
Ataque sicarial: crimen rápido, preciso e impune
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
De acuerdo con la información proporcionada por la policía metropolitana de Cartagena, Jhesica se estaba movilizando en una motocicleta, acompañada por otra mujer, cuando fueron interceptadas por dos individuos también en motocicleta. En un instante, uno de los atacantes desenfrenó su arma, disparando sin mediar palabra. Cuatro balas impactaron la vida de Jhesica, mientras la otra mujer que le acompañaba quedó ilesa. La identidad de esta mujer y su relación con Jhesica aún no se ha esclarecido.
Los testigos, paralizados por el horror, solo pudieron observar, impotentes, cómo las autoridades llegaban a la escena del crimen. Las unidades de CTI de la Fiscalía y la Policía Nacional se encargaron de recoger el cuerpo y de iniciar las primeras indagaciones.
Sin embargo, más allá del procedimiento técnico, quedaron sin respuestas los ecos del dolor y la incertidumbre que la familia de Jhesica enfrenta.
Jhesica, sin hijos ni pareja, según confirmaron sus allegados, era la mayor de dos hermanos, una joven disciplinada, enfocada en sus estudios y con metas claras. Sus familiares insisten en que su vida no estaba relacionada con ninguna actividad que pudiera justificar un ataque tan brutal.
“No tenía enemigos ni amenazas. No sabemos quién fue el agresor o por qué la atacaron. Todo parece un enigma. No descartamos que esta tragedia haya sido un error, un trágico error”, expresó un familiar.
La investigación está progresando
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
Las autoridades no descartan ninguna hipótesis. En una ciudad como Cartagena, donde el sicariato sigue siendo uno de los métodos más comunes de ejecución, cada detalle es fundamental para esclarecer el contexto de este suceso trágico.
Según datos oficiales, en el primer semestre de 2025 se registraron 80 asesinatos en la ciudad, 60 de ellos catalogados como relacionados con el sicariato. Aunque esta cifra representa una leve disminución respecto al mismo periodo del año anterior, donde se contabilizaron 89 muertes, sigue siendo alarmante. La mayoría de las víctimas son jóvenes, y muchos de estos casos permanecen sin resolver.
El caso de Jhesica ha causado conmoción, no solo por la violencia en sí, sino por la aparente falta de motivo claro detrás del ataque. No existen antecedentes, ni evidencia de amenazas previas. Simplemente una joven que estaba en camino a convertirse en profesional, cuya vida fue truncada por un disparo que no debería ser para ella, declaran sus familiares. La posibilidad de que este cruento acto haya sido el resultado de un error aún lo hace más trágico e inaceptable.
Duelo en el Danta y el recuerdo de una vida interrumpida
Jhesica Quintero Duque, asesinada en Cartagena Foto:Redes sociales
En La Danta, su comunidad natal, la noticia impactó como un rayo. Era un lugar donde todos la conocían, donde la vieron crecer y desarrollarse. El duelo fue colectivo. Amigos, vecinos y familiares recordarán su carácter amable, su inteligencia y su determinación por superarse.
“Siempre pensé en cómo seguir adelante, cómo ayudar en casa. Ella era una mujer tranquila y dedicada. No comprendemos por qué sucedió esto”, comentó un pariente durante el funeral, que contó con la presencia de docenas de personas.
En medio de la investigación que se lleva a cabo, el vacío que deja su ausencia se siente con fuerza. La violencia urbana, insensible y arbitraria, ha vuelto a mostrar su rostro cruel: un crimen que borra el futuro de alguien que no debió ser víctima de tales actos de barbarie.
La familia de Jhesica exige justicia, el desgarrador clamor de una madre que ya no podrá ver a su hija, que no podrá abrazar sus celebraciones ni disfrutar de su compañía, anhelando justicia ante un crime que permanece impune.