La historia de las mochilas tejidas por los Arhuacas de la Sierra Nevada que Petro regaló a los líderes de América y Europa
– Ojo critico
noviembre 10, 2025
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Centro de congresos del hotel Estelar de Santa Marta Fue un lugar de encuentro de diplomacia y cultura ancestral. Bajo estrictas medidas de seguridad y frente a más
Centro de congresos del hotel Estelar de Santa Marta Fue un lugar de encuentro de diplomacia y cultura ancestral. Bajo estrictas medidas de seguridad y frente a más de 60 delegaciones internacionales, el Presidente Gustavo Petro inauguró oficialmente IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), reunión destinada a fortalecer la cooperación interregional.
Sin embargo, más allá de los discursos, un detalle llamó la atención de todos: los jefes de Estado y altos representantes llevaban mochilas arhuacas al hombro. Tejido con hilos de algodón y con los símbolos sagrados de Sierra Nevada, Cada pieza era una obra de artesanía que llevaba siglos de historia y espiritualidad.
“Aquí convergen el pasado y el futuro del continente”, dijo Petro antes del inicio de la sesión plenaria, destacando que Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia, simboliza el punto de conexión de América Latina, el Caribe y Europa. El presidente quería que este gesto hablara por sí solo: era un puente entre la modernidad diplomática y las raíces del corazón del mundo.
Manos detrás del símbolo
Las mochilas que terminaron en manos de los líderes fueron confeccionadas por 60 mujeres indígenas arhuacas Asociación de Familias Productoras Indígenas Asoseynekun, con sede en el municipio de Pueblo Bello, Cesar. Desde allí, entre las montañas y los cafetales, las tejedoras trabajaron incansablemente durante siete días para cumplir con el pedido del Gobierno Nacional.
En Pueblo Bello, Cesar y Arhuaco, las mujeres tejieron incansablemente mochilas durante siete días. Foto:redes sociales
Clarivette Navarro Izquierdo, El representante legal de la asociación recuerda con orgullo cómo surgió todo: «El gobierno buscaba una organización que tuviera el sello de comercio justo y tratara productos como café y cacao. Nos recomendaron y fue una gran oportunidad. Las mujeres se sintieron felices porque estaban tejiendo algo para que el mundo lo viera».
Se han hecho mochilas por mujeres de dos comunidades: Yeurua, que significa templo del agua en Arhuaco, y Cuánime, que significa nacimiento. Ambos están ubicados en el corazón del Cesar, donde tejer no es sólo una tradición, sino una forma de hablar de la vida y la relación con la naturaleza.
Tejiendo sueños en tiempo récord
El pedido era exigente: 80 mochilas en siete días, con materiales autóctonos, patrones simbólicos y una calidad que representaba toda una cultura en el mundo.
La mochila es más que un artículo hecho a mano, es un recuerdo vivo para el pueblo arhuaco. Foto:Redes sociales
«Fue en un tiempo récord. Tuvimos que buscarlas en dos comunidades y trabajar día y noche. Cada mochila era revisada por el gobierno antes de la entrega. Queríamos que estuviera perfecta», dice Navarro Izquierdo.
Por cada pieza se pagaron 180.000 pesos, valor modesto en comparación con su importancia cultural. Pero para los tejedores, la verdadera recompensa fue otra: el orgullo de ver sus creaciones colgadas sobre los hombros de presidentes, cancilleres y representantes internacionales.
«Cuando una mujer teje una mochila, teje los sueños y el futuro de nuestro pueblo. Es una manera de conectar con el corazón del mundo y de la tierra”, explica el líder indígena, mostrando fotografías de artesanos elaborando sus diseños bajo el sol de la Sierra.
La importancia del hilo y el tiempo
En la cosmovisión de Arhuaco, cada línea, cada figura y cada color lleva un mensaje. La tela simboliza la conexión entre el pensamiento humano, la naturaleza y el espíritu. Entonces, cuando Petro decidió llevar estas mochilas a la cumbre, no solo entregó un souvenir hecho a mano: entregó una filosofía de vida.
«Cada proyecto lleva un mensaje diferente, pero la conclusión es la misma: estamos hablando del corazón del mundo. Es un detalle lleno de amor, esfuerzo y sacrificio que lleva nuestra energía y paz», subraya. Claribeth Navarro.
Cada diseño, color y forma de la mochila Arhuaco contiene un mensaje espiritual. Foto:Redes sociales
Para estas mujeres, el gesto presidencial significó una ventana abierta al reconocimiento. Por primera vez, el arte de sus antepasados se convirtió en un lenguaje diplomático, y sus temas -anteriormente limitados a los caminos de la Sierra- traspasaron fronteras y recintos internacionales.
Del telar al escenario global
Asoseynekun reúne a 350 familias indígenas que se ganan la vida con el café, el cacao y la artesanía. La mayoría de las tejedoras son madres que encuentran en el tejido una fuente de ingresos y un legado que transmiten a sus hijas. “Estas mochilas representan nuestras historias y nuestros sueños. Son extensiones de nosotros mismos– dice una de las mujeres de la comunidad Cuánime, sosteniendo el hilo que dará forma a su próximo trabajo.
El momento en que los líderes de Europa y América Latina se pusieron las mochilas fue una confirmación de que su cultura tenía valor universal.
“Así son nuestros sueños. Nuestra energía se va. Y ahora estos jefes de Estado también llevan un pedacito del corazón del mundo”, concluye Navarro.
Este hilo invisible que conecta Sierra Nevada con las mesas diplomáticas de Santa Marta, Colombia No sólo mostró su riqueza cultural, sino que con manos indígenas tejió una nueva forma de conducir la diplomacia: desde el alma de su pueblo.
Autor: Roger Urieles para EL TIEMPO, Santa Marta. @rogeruv