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“Una vez más disidentes de las FARC al mando de alias Iván Mordisco están atacando cobardemente la vida y la paz del pueblo caucano”. Estas fueron las palabras
“Una vez más disidentes de las FARC al mando de alias Iván Mordisco están atacando cobardemente la vida y la paz del pueblo caucano”. Estas fueron las palabras pronunciadas por el gobernador Octavio Guzmán luego de un ataque de un grupo armado a policías en Inzá, que hirió a un uniformado y dos civiles el 12 de noviembre.
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Hombres armados en Nariño. Foto:Archivo EL TIEMPO
Según las autoridades, los disidentes detonaron un artefacto explosivo y dispararon contra la comisaría con armas de largo alcance. Entre los heridos se encuentra una mujer de 55 años.
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Mientras tanto, en el municipio de El Patía, en el sur del Cauca, continuaron los enfrentamientos entre la Brigada 29 del Ejército y miembros del frente disidente «Carlos Patiño».
Disidentes de las FARC. Foto:Archivo EL TIEMPO
«La fuerza pública debe permanecer en máxima alerta porque estos ataques son consecuencia de la represalia por el reciente operativo militar en Guaviare, en el que fueron asesinados más de 20 integrantes de esta estructura criminal. Nuestra respuesta siempre será la unidad, la acción decidida del Estado y el compromiso en defensa de la vida», afirmó el dirigente caucano.
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“Condenamos enérgicamente estos hechos de violencia y estamos trabajando con la alcaldía, la fuerza pública y los organismos de salud para garantizar la atención a los heridos, fortalecer la seguridad y mantener la presencia institucional en la zona”, dijo el gobernador Guzmán.
La mañana del 12 de noviembre, hombres fuertemente armados atacaron una comisaría en el municipio de Padilla, otra escalada de persecución que genera preocupación en la región.
Según los primeros informes, los atacantes, que se suponía eran miembros del frente disidente de las FARC «Dagoberto Ramos», llegaron a la ciudad en camionetas privadas.
Crítica situación de orden público en el Cauca. Foto:archivo privado
Luego se mezclaron con civiles y se atrincheraron en una panadería a unos 15 metros de la sede de la policía.
Desde allí, abrieron fuego con rifles contra uniformados, generando pánico entre los vecinos que se encontraban en el parque principal y establecimientos comerciales cercanos.
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El intercambio de disparos continuó durante varios minutos mientras la policía se refugiaba en la comisaría y pedía apoyo militar. Posteriormente, los insurgentes huyeron del lugar en los mismos vehículos en los que llegaron.
«Había clientes y empleados de la panadería que corrieron a esconderse. Todos nos refugiamos en casa», dijo un funcionario de la alcaldía, quien señaló que varias personas optaron por no regresar a trabajar por razones de seguridad.
Hasta el momento no se han reportado heridos ni víctimas mortales, aunque las autoridades han confirmado el despliegue de tropas adicionales para garantizar el control de la zona.
Los atentados de Inzá y Padilla no fueron hechos aislados. Durante las últimas 48 horas, el norte del Cauca ha sido escenario de numerosas persecuciones contra fuerzas públicas y civiles.
El martes 11 de noviembre estallaron enfrentamientos entre el ejército y disidentes de las FARC en zonas rurales de la comuna de Suárez. Allí fueron atacadas tres bases militares.
Utilizando explosivos y municiones de fusil, el frente «Jaime Martínez» atacó las instalaciones militares de Los Pinos, La Toma y La Turbina en el sector El Amparo.
La Defensoría del Pueblo, a través de una alerta temprana, solicita al Ministerio de Defensa fortalecer sus capacidades antidrones y antiexplosiones.
“Esperamos que la alerta no quede solo en el papel, que la alerta tenga la suficiente vigencia y funcionalidad para que nuestro municipio pueda tener la atención constante del gobierno nacional y luchar por la tan ansiada paz que anhelamos los suárezanos”, dijo el alcalde de Suárez, César Cerón.
Unas horas más tarde, en la madrugada del 12 de noviembre, el municipio de Caloto fue despertado por fuertes explosiones. Al menos cinco cilindros de explosivos quedaron abandonados en varias calles del casco urbano, lo que obligó a suspender las actividades escolares y comerciales mientras equipos antiexplosiones inspeccionaban la zona.
De igual manera, en Corinto, una patrulla militar fue atacada con explosivos en el sector El Cementerio, zona donde aún se mantiene el frente «Dagoberto Ramos».
Las autoridades continúan las operaciones militares y de inteligencia para detener la ofensiva y restablecer el control territorial en los municipios afectados.
Continuación de la acusación contra Nicolás Petro. Foto:
