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Medellín se sumó a la memoria nacional el 27 de octubre para conmemorar los 40 años del doloroso Holocausto del Palacio de Justicia, uno de los capítulos más
Medellín se sumó a la memoria nacional el 27 de octubre para conmemorar los 40 años del doloroso Holocausto del Palacio de Justicia, uno de los capítulos más trágicos y oscuros de la historia de Colombia.
El acto central estuvo a cargo del intendente Federico Gutiérrez Zuluaga, quien entregó a la ciudad una obra escultórica como legado y recuerdo de más de 100 víctimas toma y recaptura militar que tuvo lugar del 6 al 7 de noviembre de 1985 en Bogotá.
Cuatro décadas después de los hechos, la capital antioqueña se sumó a las voces que piden verdad, justicia y no repetición.
Un homenaje al 40 aniversario de la toma del Palacio de Justicia Foto:Alcaldía de Medellín
Una escultura donada a la ciudad titulada vacío presentese instaló en los Parques del Río, frente al Teatro Metropolitano, como lugar de visita turística para residentes y turistas.
El propósito de la obra del artista antioqueño Danilo Cuadros Fue honrar la memoria de las víctimas y sus familiares como parte del compromiso con la verdad y la justicia, reconociendo que la memoria es una forma de sanar.
El artista explicó el significado profundo de su obra, una mujer acostada que se rompe en 108 partes, una retícula de la memoria, como la presencia de la suma de las víctimas.
Un homenaje al 40 aniversario de la toma del Palacio de Justicia Foto:alejandra mercado
Cuadros dijo pensar en “ese vacío que dejan las ausencias, las voces que ya no están, las que el tiempo y la violencia quisieron borrar (…) vacío presente Nace del silencio, pero no para llenarlo, sino para escucharlo”, afirmó Cuadros.
La obra incluía referencias a mujeres de la historia y la justicia, como Fanny González Franco, abogada y jueza asesinada durante la toma.
Por su parte, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, enfatizó en su discurso el llamado a la conciencia cívica, al afirmar que «Medellín se unió a la memoria de la patria para decir que no olvidamos, porque recordar no es permanecer en el dolor, sino transformar ese dolor en compromiso, para que la justicia no pueda volver a arder cada día en las llamas del odio».
Y agregó: «Quienes hoy ostentan las más altas dignidades, en lugar de generar odio, deben unirse, no dividirse, y ya lo han hecho en el pasado».Su lección, que tanto dolor causó al país, no puede repetirse. La máxima autoridad no puede ser llamada a ocupar cargos que amenacen la justicia y a quienes la representan.«.
Como parte de esta conmemoración, también se realizó una jornada académica con la participación del Presidente de la Corte Suprema, Octavio Augusto Tejeiro Duque, y otras autoridades del Poder Judicial, con el objetivo de seguir promoviendo la reflexión sobre este trágico suceso.
«Se trata de recuperar la memoria de un hecho muy traumático, doloroso y triste para el país. Realizamos este acto con el pensamiento de que los tristes hechos ocurridos en este país nunca serán olvidados y nunca podrán repetirse», dijo Tejeiro Duque.
Un homenaje al 40 aniversario de la toma del Palacio de Justicia Foto:alejandra mercado
Aquel fatídico miércoles 6 de noviembre de 1985, el Palacio de Justicia se convirtió en escenario de un brutal asedio.
La guerrilla del M-19 irrumpió en el local con el pretexto de destituir al entonces presidente Belisario Betancur.
La operación, apodada «Antonio Nariño» por la guerrilla, tenía aparentemente como objetivo defender los derechos humanos, aunque recurrió a la violencia, secuestro y privación de libertad de aproximadamente 350 personas -entre jueces, consejeros de estado, personal judicial e invitados- que se alojaban en el edificio.
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La respuesta de las fuerzas de seguridad no se hizo esperar y en pocas horas la Plaza de Bolívar se convirtió en un campo de batalla.
La reanudación de las operaciones militares duró 28 horas y finalizó el jueves 7 de noviembre. El despliegue incluyó el ingreso de helicópteros y tanques de batalla, acompañado de disparos, explosiones de bombas y granadas.
El resultado fue la destrucción total del templo de la justicia y una tragedia humana. El número oficial de muertos aumentó a 101, incluidos 11 jueces de la Corte Suprema.
