presunto ecocidio en Santa Marta
- mayo 16, 2025
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De Bonda, un corregimiento situado en áreas rurales de Santa Marta y considerado la puerta de entrada a la Sierra Nevada, ha sido el epicentro de una grave
De Bonda, un corregimiento situado en áreas rurales de Santa Marta y considerado la puerta de entrada a la Sierra Nevada, ha sido el epicentro de una grave
De Bonda, un corregimiento situado en áreas rurales de Santa Marta y considerado la puerta de entrada a la Sierra Nevada, ha sido el epicentro de una grave controversia que ha despertado la preocupación de ecologistas, líderes sociales y ciudadanos en general.
El abogado y activista Rodrigo Martínez dio a conocer un video a través de sus redes sociales en el que denuncia que en Bogotá se está llevando a cabo una tala masiva de árboles en esta región específica.
“Esto está ocurriendo en Bondie y no podemos quedarnos de brazos cruzados”, expresó Martínez en su grabación, la cual se acompaña de imágenes impactantes que muestran maquinaria pesada y vastas áreas de vegetación despojadas de su cobertura natural.
“Estas imágenes no necesitan muchos comentarios: se puede observar claramente que el área de Bonda, donde anteriormente existía densa jungla, ahora está devastada. Esto no es simplemente una cuestión de propiedades; estamos hablando de un componente esencial de nuestro vital ecosistema que estamos perdiendo”, agregó el activista con firmeza.
El video generó una ola de indignación entre los usuarios de las redes sociales, quienes demandaron una intervención inmediata de las autoridades ambientales.
Creemos que se debe actuar sin comprometer nuestro territorio
Tala indiscriminada en zonas rurales de Santa Marta Foto:Archivo privado
Tras el estallido de esta controversia, la corporación autónoma regional Magdalena (Corpamag) emitió un pronunciamiento, afirmando que la madera talada es parte del plan de diseño eléctrico contemplado en una fusión conjunta realizada por el grupo Energía Bogotá a través de su subsidiaria.
Según Corpamag, las actividades que se llevan a cabo desde enero de 2025 cuentan con una licencia ambiental otorgada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), en virtud de la resolución 2775 de diciembre de 2024.
“El objetivo del proyecto es garantizar una conexión eléctrica entre la comuna de Ciénaga y la subestación de Bond. Dado que se trata de una infraestructura de interés nacional, su licencia se encuentra fuera de nuestro alcance y regulaciones”, explicó Corpamag en un comunicado.
Esta licencia incluye el uso de bosques que representan hasta 269 metros cúbicos de madera en un área de 6.17 hectáreas, acompañada de un plan de compensación ambiental.
No obstante, Corpamag anunció que llevará a cabo una visita técnica a la empresa responsable para verificar si las actividades en el campo se realizan de acuerdo con las regulaciones vigentes y establecidas.
“Consideramos que debemos seguir lo que se determina sin comprometer nuestro entorno”, indicó Gustavo Pertuz, subdirector de gestión ambiental.
Por otro lado, los residentes de Bonda expresan que se sienten desinformados y marginados en cuanto al desarrollo de este proyecto.
Juan Carlos Cantillo, en representación de la comunidad, cuestionó la falta de socialización de las obras y alzó su voz ante la preocupación por el impacto ambiental que esto podría acarrear.
“No estamos en contra del progreso, pero nadie consultó con nosotros. Los problemas empezaron cuando vieron llegar las máquinas y comenzaron a talar los árboles. ¿Quién responde por los animales y el ecosistema que se ven afectados?” dijo Cantillo, claramente molesto. “La Sierra Nevada no es solo un paisaje; es nuestro hogar, nuestro sustento”, añadió.
El líder comunitario también criticó que la empresa no ofreció información suficiente respecto a la compensación ambiental ni generó espacios para abordar las inquietudes y preocupaciones de los habitantes de la zona. “Tener una licencia no es suficiente. Al menos se debería respetar a las personas que viven aquí”, enfatizó.
El dilema entre desarrollo y protección ambiental
En respuesta a las críticas, la compañía responsable del proyecto afirmó que todas las actividades se desarrollan cumpliendo las regulaciones ambientales y bajo estrictas observaciones técnicas. Además, subrayaron que las áreas afectadas serían compensadas en más de seis ocasiones a través de iniciativas de renovación ecológica y protección de ecosistemas estratégicos en la región.
A pesar de esto, no es suficiente para los líderes locales y los defensores del medio ambiente.
Con el agravante de la situación, Rodrigo Martínez instó nuevamente a los ciudadanos para que no permanezcan en silencio. “No podemos ser meros espectadores de cómo se destruyen nuestros ecosistemas con permisos. Es fundamental que se escuche a Bond, y eso es lo que estamos exigiendo”, concluyó con énfasis.
Documento del periodista Jineth Bedoy. Foto:
Roger Urleles
Especial para
Santa Marta