Rechazan al maestro por abuso sexual en la escuela de Soledad
abril 18, 2025
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Recientemente, El fiscal general de la nación ejecutó una sanción ejemplar en respuesta al escandaloso caso de Ismael Felipe Jiménez Riaño, un educador de la Institución de Educación
Recientemente, El fiscal general de la nación ejecutó una sanción ejemplar en respuesta al escandaloso caso de Ismael Felipe Jiménez Riaño, un educador de la Institución de Educación Técnica del Maestro Thaamar en la Comuna, Atlántico, quien enfrentó una severa penalización después de estar involucrado en actos de conducta inapropiada y sexual durante un periodo de 14 años.
Esta drástica decisión fue adoptada tras una investigación exhaustiva que confirmó que este pedagogo había llevado a cabo actos sexuales con uno de sus estudiantes, quien aún no había alcanzado la edad de 14 años, en varias ocasiones.
Las indagaciones relacionadas con el caso revelaron que, durante el año 2022, Jiménez Riaño, quien ejercía como profesor de educación física, había mantenido relaciones sexuales en dos ocasiones distintas con un alumno de su clase. Estos encuentros no se limitaron a las instalaciones de la escuela, ya que también ocurrieron en un motel local. Además, se descubrió que el maestro tenía la costumbre de registrar estos encuentros utilizando un teléfono móvil, con la preocupante intención de conservar imágenes de carácter íntimo como parte de una «memoria».
Los eventos tuvieron lugar en una escuela en la comuna de Soledad, Atlántico. Foto:Archivo/tiempo
Para la Oficina del Fiscal General, las acciones perpetradas por el maestro no solo causaron un daño irreversible a la intimidad y la integridad sexual del menor, sino que también se tradujeron en un impacto negativo permanente en su bienestar físico y mental. Este tipo de abuso genera un entorno de incertidumbre, miedos y frustraciones que pueden afectar profundamente a la víctima a lo largo de su vida.
Asimismo, la entidad encargada de la justicia subrayó que el deber primario de un educador es «enseñar e inspirar a los estudiantes durante su trayectoria académica», un compromiso que Jiménez Riaño traicionó de manera contundente.
Oficina del Fiscal General. Foto:Tiempo
El ministerio público resaltó la necesidad de ofrecer una protección especial a los niños, citando las regulaciones internacionales que abogan por los derechos y la seguridad de los menores. Es crucial reconocer su situación de vulnerabilidad y la urgencia de garantizar un desarrollo pleno y saludable para los mismos.
Al abusar de su posición de autoridad y disfrutar de acceso no autorizado a los estudiantes, Jiménez Riaño efectivamente violó sus responsabilidades funcionales, lo cual representa una amenaza tanto para la prestación adecuada de servicios públicos como para el correcto funcionamiento del sistema educativo.
El fiscal regional de la sentencia del Atlántico llegó a la conclusión de que el comportamiento del maestro reflejaba un patrón psicológico de «creencias repetitivas» que lo instigaban a cometer actos criminales dirigidos hacia un estudiante de secundaria. Por este motivo, definió los crímenes perpetrados por Jiménez Riaño como extraordinariamente graves y con una clara intención de dañar.