un encuentro intercultural que reunió a maestros caleños del Alfeñique y artesanos del Día de Muertos mexicano
– Ojo critico
noviembre 11, 2025
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Entre aromas a azúcar derretida, colores que gritan de alegría y los susurros de historias transmitidas de madres a hijas, un grupo de artesanos caleños convirtieron la Feria
Entre aromas a azúcar derretida, colores que gritan de alegría y los susurros de historias transmitidas de madres a hijas, un grupo de artesanos caleños convirtieron la Feria Alfeñique 2025 en un espacio de encuentro cultural más allá de fronteras.
Del suroeste de Colombia al corazón de México, representantes de la Asociación de Artesanos de Ollas (Asomacetas) Llevaron consigo no solo sus creaciones de azúcar, sino un legado centenario de resistencia, identidad y amor por lo creado por sus manos.
Durante el encuentro se realizaron talleres sobre ambas tradiciones. Foto:alcaldía de cali
De los azucareros al Día de Muertos
Artesanos caleños, invitados por el municipio de Toluca, participaron activamente en una de las celebraciones características del Día de Muertos en México, donde el alfeñique, figuritas de azúcar en honor a los difuntos, es un símbolo sagrado.
Pero esta vez, el azúcar también habló en español colombiano, resaltando el sabor único de las ollas caleñas, esos pequeños recipientes de dulces que han simbolizado la infancia, la esperanza y la memoria colectiva en los barrios populares de Cali durante más de 80 años, fortaleciendo los lazos de amor entre padrinos y ahijados.
Durante cinco intensos días, la comitiva, acompañada por funcionarios de la Secretaría de Cultura de Cali, no sólo expuso sus obras en la impresionante Plaza de la Constitución, sino que también enseñó, aprendió y tendió puentes.
En talleres como «Corazón de Alfeñique» intercambiaron técnicas: las mexicanas mostraron cómo formar figuras de azúcar usando moldes de yeso y caramelos de colores, y las caleñas revelaron el secreto de sus ollas: el uso de panela, una mezcla artesanal con clavo y canela, y cómo darles forma con los dedos, sin molde, tal como lo hacían sus abuelas.
Este intercambio es el primer paso para que los artesanos mexicanos también participen en Cali. Foto:alcaldía de cali
La tradición no es sólo dulce.
Uno de los momentos más emocionantes tuvo lugar en la Capilla Exenta, donde se presentó oficialmente el libro «Dulces y Artesanías de Asomacetas», una recopilación de fotografías y testimonios que rescata las voces de 47 mujeres que, desde los distritos de San Antonio, La América y La Candelaria, hacen del azúcar una memoria viva.
“Nos enseñaron a ver el azúcar como algo más que un dulzor: como un acto de amor, de resistencia y de historia”, dijo un participante mexicano luego de la presentación.
Emocionada por este intercambio cultural, la presidenta de Asomacetas, Magda Vargas, manifestó: “Expresamos nuestro profundo agradecimiento a la Alcaldía de Cali y el apoyo incondicional del Ministerio de Cultura, que es fundamental para visibilizar nuestra tradición. Gracias por permitirnos vivir esta experiencia internacional, que sin duda fortalecerá los vínculos culturales y fortalecerá nuestras prácticas. También agradecemos la maravillosa bienvenida que recibimos, que nos hizo sentir una hospitalidad incomparable.«.
Espacio para nuevos conocimientos
Vale señalar que este encuentro no terminó con el intercambio de conocimientos. La conclusión simbólica fue la firma de un Memorando de Entendimiento entre la Secretaría de Cultura del Distrito de Cali, la Oficina de Relaciones y Cooperación de Cali y la Dirección General de Educación, Cultura y Turismo en Toluca. Este acuerdo abre la puerta a proyectos conjuntos en:
– Intercambio de artesanos para formación técnica.
– Desarrollo de rutas turísticas culturales “Dulce y Artesanal”.
– Creación de una exposición itinerante titulada “Azúcares del Mundo: De Cali a Toluca” y oportunidad para que artesanos mexicanos visiten Cali en 2026 para participar en la tradicional Feria de la Olla.
Alfeñique, uno de los elementos claves de las ollas caleñas. Foto:alcaldía de cali
“Cuando una artesana caleña enseña a darle forma a una vasija, hace más que transmitir una técnica: transmite la historia de una ciudad que cree en su gente, en su capacidad para transformar la vida cotidiana en arte y en el liderazgo femenino como motor de cambio”, enfatizó la Secretaría de Cultura de Cali.
La feria Alfeñique 2025 finalizó con una ceremonia de ofrendas conjuntas: ollas caleñas junto a calaveras de azúcar mexicanas, velas encendidas y un mural colectivo en el que niños de ambos países pintaron sus sueños con colores dulces.
En las calles de Toluca, el olor a azúcar quemado se mezclaba con canela y nostalgia. Pero también la esperanza: la esperanza de dos naciones hermanas que, a través de la dulzura, han descubierto que la cultura no necesita traducción. Lo único que necesitamos son manos que crean, que recuerden y que compartan.
JOSÉ ANTONIO MINOTA HURTADO
EDITORIAL EL TIEMPO CASA
COLOMBIA
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