Una pareja que conquistó América en Moto
- mayo 2, 2025
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Entre los numerosos caminos que surcan Colombia, y cruzando las exuberantes selvas de América Central hasta llegar a los glaciares que adornan el norte, dos soñadores, Andrea y
Entre los numerosos caminos que surcan Colombia, y cruzando las exuberantes selvas de América Central hasta llegar a los glaciares que adornan el norte, dos soñadores, Andrea y
Entre los numerosos caminos que surcan Colombia, y cruzando las exuberantes selvas de América Central hasta llegar a los glaciares que adornan el norte, dos soñadores, Andrea y Santiago, una pareja paisa, decidieron embarcarse en la impresionante aventura de visitar el continente estadounidense en una motocicleta. Su travesía abarcó más de 18 países, se extendió a lo largo de seis meses, e involucró miles de kilómetros de carretera, todo sumergido en una historia que se ha trenzado con amor, resiliencia, emprendimiento y libertad.
La historia de esta odisea comienza en Medellín. Santiago Pérez, un ingeniero de construcción de profesión, siempre mostró inquietud e interés por los viajes y la vida en motocicleta. Además de su carrera profesional, fue capaz de forjar su propio destino empresarial, creando uno en el sector agrícola y otro en el ámbito de las importaciones, específicamente con porcelana. La motocicleta, que al principio fue una solución práctica de movilidad en Medellín, pronto se convirtió en una pasión desbordante para él. «Empecé con una motocicleta pequeña, pero mi deseo era ir más allá,» cuenta. Andrea llegó en 2018 y lo acompañó en su primer viaje motociclista hacia Santander, y desde entonces, ha permanecido en el asiento trasero. “Montar en moto me permite apreciar no solo los paisajes, sino también el presente, convirtiendo cada viaje en una experiencia más consciente,” dice.
Uno, al iniciar un camino, siempre se pregunta: «¿Y ahora, hacia dónde vamos?»
Santiago Pérez Viajero paisa
En 2020, ambos hicieron su primer gran viaje por América del Sur, recorriendo países como Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay hasta alcanzar Ushuaia, el extremo sur del continente.
Sin embargo, durante su viaje, la pandemia los sorprendió y se encontraron confinados durante tres meses en Arequipa, Perú. Durante ese tiempo, tuvieron que dejar la motocicleta y abordar un vuelo humanitario de regreso a Colombia. No obstante, gracias a sus contactos en la ciudad, surgió otro sueño: alcanzar Alaska. Además, también nació su negocio conjunto: una tienda dedicada a productos para mascotas, combinando la experiencia de importación de Santiago y el amor por los animales de Andrea.
Tras regresar a Colombia en 2020, la idea de viajar a Estados Unidos no se desvaneció. Dedicaron tres meses a organizar recursos, permisos, logística y la administración de su negocio en ese tiempo. La fecha de salida fue planeada estratégicamente para evitar las lluvias en América Central y las nevadas en el norte.
No se trataba de dejar todo y salir. Cada paso fue planeado.
Santiago PérezViajero y emprendedor paisa
Andrea y Santiago en Ushuaia.Foto:Instagram: @caminosbrudas
El 23 de marzo de 2023, finalmente iniciaron su ruta hacia el norte, comenzando por la difícil travesía del Darién. Este tramo es conocido por ser uno de los más complicados entre Colombia y Panamá, y optaron por realizarlo en barco, utilizando una serie de embarcaciones pequeñas que desafiaron sus nervios durante una semana. “La ansiedad era latente; en cualquier momento, la motocicleta pudo haber caído al fondo del mar, y no estaba seguro de si habría respuesta ante una situación así. Pero queríamos vivir la experiencia,” reflexiona.
El mar es un mundo completamente diferente. La mayor tensión era la incertidumbre de ver la moto hundirse.
Santiago PérezViajero y emprendedor paisa
A pesar de los miedos, lograron completar el cruce, aunque Santiago confiesa que no tiene intención de repetir esa parte de la aventura.
Una vez en Panamá, comenzaron a recorrer América Central, dedicando una semana a cada país. Visitaron Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice. Aunque geográficamente pequeños, decidieron tomarse el tiempo necesario para experimentar la rica cultura, los bellos paisajes y conectar con las personas.
El calor extremo y la humedad caracterizaron la atmósfera de América Central. Sin embargo, también experimentaron escenarios memorables, desde playas caribeñas hasta volcanes activos y vibrantes pueblos, enriqueciendo así su travesía con invaluables experiencias humanas y visuales.
Al atravesar Nicaragua, Andrea y Santiago corroboraron lo que muchos motociclistas advierten: las advertencias acerca de este país son frecuentes. Principalmente luego de un incidente que generó preocupación en la comunidad viajera el año pasado.
“Muchos viajeros nos interrogaron sobre nuestras experiencias al cruzar Nicaragua, especialmente en relación a inspecciones de corrupción y reputación que circulan entre quienes viajan,” explica Santiago.
En su caso, se enfrentaron a una inusual cantidad de detenciones: “En un solo día, nos detuvieron tres veces,” señala, aclarando que esto no les ocurrió en otros países. A pesar de estas paradas, nunca revisaron sus pertenencias al entrar o salir del país, logrando incluso introducir un dron sin inconvenientes.
Santiago enfatiza que cada experiencia es única: «No tuvimos inconvenientes, pero eso no significa que otros no los tengan. Es preferible seguir los estándares locales y organizar la documentación. Esto facilita el disfrute de las maravillas que este país puede ofrecer.”
Tras dejar Nicaragua, llegaron a México, un vasto país que los cautivó con su extraordinaria diversidad. Su travesía por México se extendió por un año y medio, durante el cual visitaron Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Hidalgo y Baja California, entre otros. Andrea y Santiago atesoran recuerdos vívidos de las montañas, la calidez de las comunidades, la riqueza de la gastronomía y la particularidad cultural de cada región.
Desde Cabo San Lucas, en el sur de Baja California, tomaron una semana para recorrer la península hasta Tijuana, donde cruzaron la frontera hacia Estados Unidos.
Al llegar a Estados Unidos, comenzaron en San Diego, y su travesía por la costa oeste se prolongó por tres semanas, atravesando California, Oregon y Washington, disfrutando de la belleza de parques naturales, desiertos, imponentes acantilados y un sinfín de paisajes.
Entraron a Canadá por Vancouver y, tras dos semanas, lograron alcanzar el objetivo de su sueño: Alaska. En esta etapa, se encontraron frente a temperaturas extremas y carreteras solitarias, pero también disfrutaron de la majestuosidad de sus paisajes.
El Parque Nacional de Banff nos impresionó: sus lagos turquesa, la posibilidad de ver osos y atardeceres irreales.
AndreaViajera y emprendedora paisa
Durante su estancia en Alaska, tuvieron la fortuna de presenciar las auroras boreales.
A lo largo de seis meses, compartieron su travesía en Instagram, acumulando miles de seguidores que esperaban ansiosos sus historias diarias, cual serie que se publicaba cada noche.
Al regresar, se aventuraron por otra ruta, recorriendo Alberta en Canadá y cruzando Montana, Wyoming, Idaho, Utah, Nevada y Colorado. Además, atravesaron Estados Unidos desde California hasta Nueva York, pasando por Ohio, Washington DC, las Carolinas y finalmente Miami, donde su motocicleta voló de regreso a Bogotá.
Durante su recorrido, compartieron sus vivencias y experiencias, convirtiéndose en un faro de inspiración para muchos. Tanto fue así que varios seguidores decidieron mimetizar su ruta, paso a paso, guiados por cada publicación que Andrea y Santiago compartieron. «Nos escribieron para agradecer y decirnos que gracias a nosotros se atrevían a realizar su propio viaje,» relatan con alegría. Varios de ellos incluso estaban tomando notas rigurosas, historia tras historia, para seguir sus pasos.”
El objetivo no es lo que importa. Lo clave es cómo aprendes, lo que sientes en el camino, y cómo se vive de forma diferente al viajar en moto.
Santiago PérezViajero y emprendedor paisa
Este viaje no solo consolidó su relación, sino que también ofreció innumerables lecciones. “Lo esencial es entender que si deseas algo, debes actuar y planificarlo. No se trata solo de un sueño, sino de poner el esfuerzo,” afirma Santiago. Para él, la experiencia en Alaska representó una economía de liderazgo y organización: “No contaba con referencias de personas que hubieran realizado este mismo viaje. Tuve que planear todo desde el inicio, y lo logré, «exprésó con determinación.
Andrea, por su parte, resalta la admiración que siente por la capacidad de su pareja para ubicar y planificar a medida que avanzaban. “Soy más emocional, disfruto grabar cada momento y mantener recuerdos. Él es más racional y estructurado. Nos complementamos muy bien el uno al otro”, menciona.
Ahora, de vuelta en Medellín, continúan desarrollando su negocio de productos para mascotas y ya están soñando con nuevos caminos. Europa, África y Asia están en su mira. Pero más allá de los kilómetros recorridos, Andrea y Santiago han demostrado que los viajes no se definen solo por la distancia; se tratan de amor, valentía y determinación.
Porque, al fin y al cabo, como ellos mismos dicen, “el viaje no se trata del destino, sino del camino.”
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